lunes, 29 de agosto de 2011

¡COBREN ÁNIMO!

¡COBREN ÁNIMO!

Quiero que lo sepan para que cobren ánimo, permanezcan unidos por amor, y tengan toda la riqueza que proviene de la convicción y del entendimiento. Así conocerán el misterio de Dios, es decir, a Cristo, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento. Toda la plenitud de la divinidad habita en forma corporal en Cristo y en él, que es la cabeza de todo poder y autoridad, ustedes han recibido esa plenitud. (Colosenses 2: 2, 3, 9, 10 NVI)

Estamos completos en Cristo, tenemos la autoridad que Él nos delegó y podemos entrar al lugar de todos Sus tesoros de sabiduría y conocimiento, para “ejecutar sentencia” prontamente contra todo aquello que se levanta contra el conocimiento de Cristo, ya sea por mentiras en contra nuestra o por blasfemia directa al Nombre de Jesucristo, ante el cual toda rodilla se doblará y toda lengua confesará que Él es Señor.

Así vi al perverso sepultado; ellos aun habían venido del Lugar Kadosh (Santo). Pero aquellos que habían actuado rectamente fueron olvidados en la ciudad. Esto también es vanidad; porque el castigo decretado por una obra maligna no es llevado a cabo prontamente; por lo tanto, el corazón de los hijos de los hombres está totalmente determinado en aquellos que hacen el mal. (Eclesiastés 8: 10, 11 TKIM-DE)

Ejecutar o decretar son lo mismo. Tenemos autoridad para cerrar las bocas mentirosas y para alejar del lugar donde Dios nos colocó a aquellos que son estorbo, recordando que nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra espíritus inmundos que vienen en contra nuestra, escondidos tras un disfraz humano. Pero recuerden, el Mayor está con nosotros. Basta ya de darle espacio al enemigo para que haga de las suyas. Ese territorio llamado hogar, donde reside nuestra familia, nos pertenece, sin embargo el enemigo, el diablo, quiere destruirnos, porque somos ahí una amenaza para él, por eso se esfuerza por sacar a nuestros hijos del camino del Señor; pero, ¡cobra ánimo! Vístete de valor y pelea la batalla en el nombre de Jesucristo. Pide a Dios por la conversión de esas personas, que gobernadas y enceguecidas por el enemigo están queriendo atrapar a tus hijos o familiares, no permitas que el diablo gane ventaja. Estamos en una guerra frontal, pero nuestro enemigo ya fue vencido por Jesucristo el Vencedor, y esa victoria es ahora nuestra, de los que hemos recibido a Jesús como nuestro Señor y Salvador; sin embargo tienes que usar los recursos que Él te dio y en Su Nombre ata a esos espíritus que gobiernan esas vidas, átalos para que no puedan operar y mientras estén atados actúa a favor de esas personas y llévales el mensaje de salvación o pide a Dios que otros vayan con ese Mensaje.

Las armas con que luchamos no son del mundo, sino que tienen el poder divino para derribar fortalezas. Destruimos argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevamos cautivo todo pensamiento para que se someta a Cristo. (2ª Corintios 10: 4, 5 NVI)

La adoración es un arma poderosa para derrotar al diablo. ¿Sabes por qué? Porque la adoración nos eleva a Dios, justo al mismísimo lugar que Satanás ocupaba antes de su caída, lugar que la Iglesia de Cristo, como la Esposa del Cordero estará por la eternidad. En ese lugar no existe la palabra derrota y el temor huye despavorido. En medio de la crisis, adora a Dios. Recuerda, ya tienes la victoria. No digas nada que anule lo que Dios ya te dio. Cobra ánimo en Cristo y sé que de ésta saldrás en victoria.