lunes, 31 de agosto de 2009

IDENTIFICANDO AL ENEMIGO

IDENTIFICANDO AL ENEMIGO
"Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales."
(Efesios 6: 12 NVI)
La prioridad del diablo no es la persona como tal, sino deshacer el propósito que Dios ya ha determinado para ella y de ese modo apagar la luz de Dios en la persona. Esto lo hace colocando duda en la mente y haciendo que la persona deje de creer lo que Dios ha dicho y crea lo que Satanás está insinuando. Además de otras tácticas que usa con mentiras y engaños, también se esconde detrás de las personas a quienes controla y empieza a dañar a los hijos de Dios, entonces si no estamos apercibidos, vamos a reaccionar contra la persona que aparentemente nos daña y de este modo caemos en la trampa del enemigo. El diablo quiere que reaccionemos contra las personas con enojo, venganza, odio, murmuración y todo aquello en lo cual él es experto, para que nos salgamos de la cobertura de Dios y entremos en su territorio (del diablo) totalmente desarmados y seamos presa fácil para él y sus secuaces. Sin embargo, los hijos de Dios que tenemos entendimiento no vamos a usar las armas del diablo, sino que, en todo momento, usaremos las armas del Dios Todopoderoso.
"Por último, fortalézcanse con el gran poder del Señor. Pónganse toda la armadura de Dios para que puedan hacer frente a las artimañas del diablo. Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales. Por lo tanto, pónganse toda la armadura de Dios, para que cuando llegue el día malo puedan resistir hasta el fin con firmeza. Manténganse firmes, ceñidos con el cinturón de la verdad, protegidos por la coraza de justicia, y calzados con la disposición de proclamar el evangelio de la paz. Además de todo esto, tomen el escudo de la fe, con el cual pueden apagar todas las flechas encendidas del maligno. Tomen el casco de la salvación y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios. Oren en el Espíritu en todo momento, con peticiones y ruegos. Manténganse alerta y perseveren en oración por todos los santos." (Efesios 6: 10 -18 NVI)

Nos encontramos en el lugar que estamos ahora con un propósito, y muchas veces el diablo sabe mejor que nosotros cuál es nuestro propósito, por eso él trata de destruirlo antes que empecemos a hacer lo que Dios ha determinado en nuestras vidas. Dios quiere que manifestemos Su luz donde quiera que estemos. “Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse. Ni se enciende una lámpara para cubrirla con un cajón. Por el contrario, se pone en la repisa para que alumbre a todos los que están en la casa. Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo.” (Mateo 5: 14 -16). Cuando la gente ve nuestras buenas obras realizadas por amor, lo cual nos hace amar, perdonar y bendecir a los que nos dañan, entonces empiezan a glorificar a Dios. Amar, perdonar y bendecir son armas poderosas para vencer al diablo, esto lo enfurece porque él nada puede hacer contra el amor. Si nos mantenemos en amor con una actitud de perdón y bendición nos fortalecemos en el Señor y nuestra luz empieza a irradiar de tal forma que las tinieblas tienen que huir.

Cuando descubrimos quiénes somos en Cristo nuestra forma de ver los problemas empiezan a cambiar porque entendemos que la lucha no es en nuestras fuerzas, si bien muchas veces el enemigo nos ha hecho salir del alineamiento con el Espíritu de Dios y hemos caído en enojo, frustración, depresión, etc., esto no significa que nos vamos a quedar así. Jesús dijo: “Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.” (Juan 16: 33 NVI). Entrar a la vida de la fe, al reino de Dios no significa que todo será color de rosas, mas al contrario, pareciera que todo el infierno se viene contra nosotros y decimos y ahora, “¿quién podrá defenderme?”. El que venció a Satanás, está con nosotros a través del Espíritu Santo y aunque vengan los problemas y las aflicciones nuestra mirada estará puesta en Aquél que es Mayor que el que está detrás de todo este sistema mundial; no hay fuerza capaz de resistir al Espíritu de Dios que vive en nosotros; sin embargo, no siempre dejamos que Él actúe, sino que pretendemos arreglar las cosas a nuestra manera y es ahí donde el enemigo hace escarnio de nosotros. Por eso Pablo nos dice que nos fortalezcamos en el gran poder de Dios y esto se debe hacer diariamente, alineando nuestro espíritu al Espíritu Santo de Dios y nuestra alma a nuestro espíritu para que empecemos a traer el reino de Dios a nuestras vidas haciendo Su voluntad y descansando en Él, afirmados en Su palabra, siempre en guardia, orando no sólo por nosotros, sino también por los demás hijos de Dios para que sean fortalecidos. Estamos en guerra, por eso debemos ponernos toda la armadura de Dios y no dejar ninguna parte de nuestro ser a expensas del enemigo y sobre todo, cubrámonos con el manto del amor de Dios sobre nuestras vidas, ese amor que será capaz de decir: perdona Señor, a la persona que me hace daño, porque ella no sabe lo que hace y no le tomes en cuenta este pecado. Amén

sábado, 22 de agosto de 2009

DIOS TE LLAMÓ PARA QUE SEAS CABEZA



DIOS TE LLAMÓ PARA QUE SEAS CABEZA Y NO COLA

"El Señor te pondrá a la cabeza, nunca en la cola. Siempre estarás en la cima, nunca en el fondo, con tal de que prestes atención a los mandamientos del Señor tu Dios que hoy te mando, y los obedezcas con cuidado." (Deuteronomio 28: 13NVI)
En tus manos está llegar a ser cabeza donde te encuentres, porque tu destino está trazado para eso. Tus éxitos o tus fracasos no determinarán a dónde llegarás, sino tu actitud frente a las circunstancias, ya sean de éxito o de fracaso. Tus actitudes frente a la vida te colocan en el lugar donde te encuentras. No cuentan tus habilidades y talentos, aunque pueden ayudarte mucho, tampoco el dinero, profesión o posición social; lo único que cuenta es cómo reaccionas frente a las circunstancias. El éxito te puede echar a perder si te inflas demasiado y te vuelves petulante y prepotente; y el fracaso puede hundirte hasta el extremo de creer que no sirves para nada. ¿Cuál es tu actitud frente a las circunstancias?

En la Biblia encontramos a un personaje llamado José que fue criado con mucho cariño hasta los diecisiete años, edad en la que sus hermanos lo vendieron como esclavo a unos ismaelitas, quienes a su vez lo vendieron en Egipto a un hombre llamado Potifar. En la casa de este varón ascendió rápidamente. En Génesis 39:2-4 (NBLH) dice: “Pero el SEÑOR estaba con José, que llegó a ser un hombre próspero, y vivía en la casa de su amo el Egipcio. Vio su amo que el SEÑOR estaba con él y que el SEÑOR hacía prosperar en su mano todo lo que él hacía. Así José halló gracia ante sus ojos y llegó a ser su siervo personal, lo hizo mayordomo sobre su casa y entregó en su mano todo lo que poseía.” Siendo esclavo, José fue próspero y llegó a ser el principal en la casa de su amo, fue cabeza de los empleados. ¿Cuál es el secreto? Podrás decir: _Claro, es porque Dios estaba con él. Tienes toda la razón, pero ¿por qué Dios estaba con José? Si leemos toda la historia vamos a encontrar que José en ningún momento se quejó de lo que le pasaba, él no culpó a Dios, ni siquiera a sus hermanos; es más veamos qué les dice a ellos:
“Ahora pues, no se entristezcan ni les pese el haberme vendido aquí. Pues para preservar vidas me envió Dios delante de ustedes. “Porque en estos dos años ha habido hambre en la tierra y todavía quedan otros cinco años en los cuales no habrá ni siembra ni siega. “Dios me envió delante de ustedes para preservarles un remanente en la tierra, y para guardarlos con vida mediante una gran liberación. “Ahora pues, no fueron ustedes los que me enviaron aquí, sino Dios. El me ha puesto por padre de Faraón y señor de toda su casa y gobernador sobre toda la tierra de Egipto. “Dense prisa y suban adonde mi padre, y díganle: ‘Así dice tu hijo José: “Dios me ha hecho señor de todo Egipto. Ven a mí, no te demores. “Y habitarás en la tierra de Gosén, y estarás cerca de mí, tú y tus hijos y los hijos de tus hijos, tus ovejas y tus vacas y todo lo que tienes. “Allí proveeré también para ti, pues aún quedan cinco años de hambre, para que no caigas en la miseria tú, ni tu casa y todo lo que tienes.” (Génesis 45: 5-10NBLH)
No había amargura, ni dolor en sus palabras porque José supo manejar la situación por muy adversa que fue para él. Se esforzó para hacer lo mejor para su amo y aun estando en la cárcel injustamente, fue de consuelo para los presos y llegó también a ocupar el primer lugar. No se concentró en la injusticia y en preguntarse porqué le pasaba esto a él. No pensó en que habían mellado su dignidad y como persona no lo respetaron, ni que fue humillado y bla, bla, bla, quejas y quejas. José dio lo mejor de sí a donde lo llevaron, y no fueron los mejores lugares; pero después de muchos años le llegó la cosecha de su siembra, fue ascendido como el principal después de Faraón en todo Egipto. Dios estaba con José y estará con aquellos que siempre den lo mejor de sí a pesar de las circunstancias.

Dios levantará a quienes como José, no guarden amargura en sus corazones, ni resentimientos, ni paguen con indiferencia o desprecio a quienes no lo respetan, ni honran. José se ganó el respeto y la honra, aunque también hubo personas, como sus hermanos, que no lo respetaron cuando él era sólo un jovenzuelo, pero él no se enfadó con ellos, los amó y les dio muestra de amor. Besó y consoló a sus hermanos. "Y besó a todos sus hermanos, y lloró sobre ellos. Después sus hermanos hablaron con él." (Génesis 45: 15). José, el menospreciado, el traicionado, besó a sus hermanos. No dijo: _ Ahora me van a conocer, les voy hacer pagar por todos los años que yo sufrí porque me faltaron el respeto y me humillaron. José era sabio y lleno de bondad. No hubo enfado en él. Cuántas veces los hijos hacen renegar por su falta de respeto y los padres que no son sabios le muestran su indignación por varios días sin dirigirles la palabra para que el niño/a vea cuánto lo lastimó, o para que de esa forma se dé cuenta de su falta de respeto. Esto no soluciona nada, más bien agrava la situación y crea un abismo profundo entre padres e hijos. A veces los cónyuges poco sabios también toman esa actitud. José, con su perdón, bondad y con la demostración de amor hacia sus hermanos no permitió que se abriera un precipicio entre ellos, sino que los unió a todos y los atrajo hacia sí. ¡Los besó! Lo que menos se quiere hacer cuando se nos falta el respeto es besar a los irrespetuosos o demostrarles que a pesar de lo que hagan, los queremos; y que no asociamos sus faltas con su identidad. Recuerda que la persona noble no alberga venganza en su corazón.
Si quieres llegar a la cima y ser cabeza y no cola, aprende de José:
· No te auto compadezcas ni guardes resentimiento, amargura o falta de perdón
· Ama a pesar de lo que te hagan y demuéstrales que los amas
· Da lo mejor de ti en todo momento y situación, ya sea como siervo o como señor
· No te detengas a mirar tus circunstancias, sean buenas o malas. Sigue dando lo mejor
· Nunca te quejes o lamentes por lo que te pasa. Alaba a Dios a pesar de las circunstancias

lunes, 17 de agosto de 2009

¿QUÉ HACER CUANDO TODO PARECE DIFÍCIL?

¿QUÉ HACER CUANDO TODO PARECE DIFÍCIL?
"Como a medianoche, Pablo y Silas oraban y cantaban himnos a Dios, y los presos los escuchaban. De repente se produjo un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel fueron sacudidos; al instante se abrieron todas las puertas y las cadenas de todos se soltaron."
(Hechos 16: 25, 26)
Cuando parece que todo está muy oscuro y que nos encontramos en lo más profundo de una celda, ¿cuál debe ser nuestra actitud? Si lees Hechos 16: 16 – 40, verás que Pablo y Silas fueron azotados con varas y por supuesto que estaban con heridas y muy adoloridos, tanto física como emocionalmente, porque se los había castigado injustamente, y eso duele, ¿verdad? “La multitud se levantó a una contra ellos, y los magistrados superiores, rasgándoles sus ropas, ordenaron que los azotaran con varas. Y después de darles muchos azotes, los echaron en la cárcel, ordenando al carcelero que los guardara con seguridad; el cual, habiendo recibido esa orden, los echó en el calabozo interior y les aseguró los pies en el cepo.” (Hechos 16: 22-24). La situación de estos dos hombres era terrible, lo menos que ellos podían hacer humanamente era quejarse y lamentar su situación; sin embargo, ellos hicieron algo muy contrario a toda lógica humana, se pusieron a orar y cantar a Dios con todas sus fuerzas y era “media noche”. Por supuesto que los presos se despertaron y fue mejor que se hayan despertado con los cánticos que con lo que vino después.
Pablo y Silas fueron castigados por seguir a Dios, entonces ¿por qué no se enojaron contra Dios? Porque lo que Satanás justamente quería era que ellos tengan una actitud de rabia y enfado contra Dios, pero ellos, como fieles seguidores del Dios Altísimo, estaban dichosos de sufrir por Él, porque sabían que si Le adoraban a pesar de las circunstancias, que no eran nada buenas, Dios se encargaría de liberarlos y les haría justicia. Y así fue. Veamos qué pasó: Era como media noche. ¿Qué nos sugiere esto? Que la oscuridad reinaba alrededor. No había posibilidad de salir de la cárcel a donde fueron echados. Sus pies estaban sujetos al cepo. Humanamente no tenían escapatoria. Pero ellos ya no pensaban como cualquier humano, ellos tenían la mente de Cristo y sabían qué hacer ante esta terrible circunstancia. No se centraron en su dolor, no miraron las circunstancias, sólo miraron a Aquél que es más grande que cualquier incidente pasajero; se centraron en Jesucristo y empezaron a glorificarle. No es fácil hacerlo en medio de una situación de esa naturaleza, pero ellos se atrevieron y el resultado fue sorprendente. “De repente se produjo un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel fueron sacudidos; al instante se abrieron todas las puertas y las cadenas de todos se soltaron.”

El poder de Dios actuó en un “de repente”. Ellos no imaginaban lo que Dios iba a hacer, tan sólo dejaron que Él actúe, no se interpusieron con lamentos o quejas, o preguntando por qué les pasaba esto; sino que se regocijaron en el Señor y le adoraron. La adoración hace estremecer los cimientos, abrir los cerrojos de hierro, soltar las cadenas y hace caer rendido al verdugo; porque cuando adoramos estamos reconociendo quién es nuestro Dios y nos sujetamos a Su voluntad a pesar de no entender qué está pasando. Dios tenía un propósito grande al llevarlos a la cárcel. Te preguntarás y ¿no podría haberlo hecho de otra forma menos dolorosa? Claro que sí. Dios no los mandó golpear, fue el diablo y sus secuaces que indujeron a las personas a hacerlo; pero ellos no contaban con el plan de Dios. Estos malvados quisieron hacer callar a Pablo y Silas; sin embargo Dios usó este acontecimiento para demostrar Su gloria y poder y para salvar no sólo al carcelero y su familia, sino también a los presos y a las personas de ese lugar, porque con tremendo incidente yo creo que ellos fueron impactados, porque la gloria de Dios se manifestó y cuando la gloria de Dios se manifiesta, hay transformación.

Muchos vamos a tener una “media noche” en nuestra propia cárcel del alma, cuando todo parece difícil y sin salida, entonces lo único que nos queda es adorar a Dios, porque cuando adoramos atraemos la gloria de Dios y ésta se hace visible, irrumpe en el lugar de adoración, desbarata las estructuras que se establecieron en la mente, liberta a los prisioneros del alma, sacude nuestro fuero interno y ya no podemos permanecer preocupados porque Su presencia lo llena todo, entonces nos rendimos a Dios quien es el único digno de adoración y alabamos, juntamente con todos los seres del universo, al único que es digno de toda la gloria y alabanza: “Y también oí decir a todos los seres del universo: “¡Que todos alaben al que está sentado en el trono, y también al Corder0! Que lo llamen maravilloso, y por siempre admiren su poder”. (Apocalipsis 4: 13 BLS). El poder de Dios es siempre más grande que cualquier otro poder. Alaba y glorifica a Dios porque sólo Él es digno de suprema alabanza, porque nadie puede hacer las obras portentosas que Él hizo, nadie puede darte la salvación y vida eterna que sólo Jesús, con Su sacrificio en la cruz, te pudo dar y verás cómo Dios te liberta. Adora a Dios aunque todo parezca difícil.

miércoles, 12 de agosto de 2009

DIOS ESTÁ BUSCANDO DOS COSAS

DIOS ESTÁ BUSCANDO DOS COSAS
"Busqué entre ellos un hombre que levantara una muralla y que se pusiera en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyera; pero no lo hallé." (Ezequiel 22: 30 RV 95)
"Pero la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque también el Padre tales adoradores busca que lo adoren." (Juan 4: 23 RV 95)
Desde que nacemos a la vida de la fe hasta que dejamos este mundo, los hijos/as de Dios estamos en una guerra constante contra Satanás y sus demonios; no hay tregua. Esta guerra es porque el diablo quiere ser adorado y no escatima esfuerzo para lograrlo. El apóstol Pablo nos exhorta a orar todo el tiempo y a tomar toda la armadura de Dios para la batalla. A pesar que Satanás ya ha sido derrotado en la cruz del Calvario, tiene todavía un ejército de guerrilleros demoníacos que están al acecho buscando el momento de descuido de los hijos de Dios para atacarlos. Las tinieblas arremeten contra la luz y cuando las tinieblas avanzan, Dios mira desde los cielos y busca para ver si hay alguien que esté clamando a Dios por la tierra donde vive, por su ciudad o país; porque cuando la maldad se acrecienta, debido a que los hijos de Dios no se manifiestan, entonces Dios tiene que actuar y manda juicio sobre ese lugar, pero si encuentra a una sola persona clamando a favor de su país o ciudad, Dios interviene y se levanta para destruir los planes del enemigo.

Dios está buscando a los/as valientes que se interpongan a favor de su país, que clamen por su nación de día y noche, que se pongan delante de Dios clamando por misericordia y que la luz y la verdad envuelvan su patria para que el Reino de Dios se establezca en cada nación.

Que se levanten oh Dios esos hombres y mujeres valientes y den la cara por Bolivia en reverente clamor. Padre, ya no podemos estar callados, vemos maldad por doquier. Actúa oh Dios en favor de tu pueblo. Revélate a cada hijo tuyo, que el temor a Ti llene nuestras vidas para que vivamos en santidad y pureza, que tu amor nos una y tu verdad nos alimente, para que el fuego de tu Espíritu queme toda escoria en nuestro ser. Sea la luz de Dios sobre nosotros y alumbre nuestras vidas, que tu luz brille y sean disipadas las tinieblas. Que tu pueblo se levante a una sola voz y declare: Jesucristo es el Señor sobre Bolivia. Tú eres el único Señor. A ti clamo y Tú me respondes. Que retrocedan las tinieblas porque Jesucristo ha tomado a Bolivia en Sus manos. Ha escuchado el clamor de sus hijos y actuará. Gracias Dios por Tu salvación y tu paz. Aviva nuestros corazones y manifiesta Tu gloria. Avívanos Señor.Venga tu Reino sobre nuestra nación, hágase Tu voluntad en esta tierra, establece Tus diseños en nuestra Patria y vivifícanos por amor de Tu nombre. Amén.

Dios está buscando intercesores para que Él pueda actuar a favor de Su pueblo o de las personas. Los intercesores tocan el corazón de Dios. También Dios está buscando adoradores, hijos de Dios que anhelen estar en la presencia del Señor continuamente. Los adoradores abren las puertas al corazón de Dios y entran para refugiarse y gozarse en Él. La adoración nos lleva a interceder y la intercesión nos lleva a adorar. Estas son dos armas poderosas para derrotar al enemigo. En la intercesión nos ponemos a favor de alguien o de muchos y por la adoración los introducimos al trono de Dios, porque tomamos con la intercesión el lugar de la persona, o personas; y mientras intercedemos y adoramos nos introducimos a la presencia de Dios juntamente con aquellos por quienes estamos intercediendo.

"Después de la muerte de Josué, los israelitas le preguntaron al Señor: ¿Quién de nosotros será el primero en subir y pelear contra los cananeos? El Señor respondió: Judá será el primero en subir, puesto que ya le he entregado el país en sus manos. Entonces los de la tribu de Judá dijeron a sus hermanos de la tribu de Simeón: "Suban con nosotros al territorio que nos ha tocado, y pelearemos contra los cananeos; después nosotros iremos con ustedes al territorio que les tocó." Y los de la tribu de Simeón los acompañaron. Cuando Judá atacó, el Señor entregó en sus manos a los cananeos y a los ferezeos. En Bézec derrotaron a diez mil hombres." (Jueces 1: 1-5) Judá significa “alabanza” (Génesis 29: 35) y Simeón significa “Dios oye” (Génesis 29: 33). Dios ya había entregado el territorio en manos de Su pueblo, entonces ellos consultaron al Señor para saber quién subiría primero contra los enemigos y Dios contestó: Alabanza irá primero. Adoración y alabanza toman posesión de las promesas y juntamente con la intercesión (Dios oye) traen la victoria. Los adoradores e intercesores (Judá y Simeón) extienden el Reino de Dios y destruyen las tinieblas.

"Al día siguiente, madrugaron y fueron al desierto de Tecoa. Mientras avanzaban, Josafat se detuvo y dijo: "Habitantes de Judá y de Jerusalén, escúchenme: ¡Confíen en el Señor, y serán librados! ¡Confíen en sus profetas, y tendrán éxito!"Después de consultar con el pueblo, Josafat designó a los que irían al frente del ejército para cantar al Señor y alabar el esplendor de su santidad con el cántico: "Den gracias al Señor; su gran amor perdura para siempre." Tan pronto como empezaron a entonar este cántico de alabanza, el Señor puso emboscadas contra los amonitas, los moabitas y los del monte de Seír que habían venido contra Judá, y los derrotó. Cuando los hombres de Judá llegaron a la torre del desierto para ver el gran ejército enemigo, no vieron sino los cadáveres que yacían en tierra. ¡Ninguno había escapado con vida!" (2º Crónicas 20:20- 22, 24) Dios nos ha dado el recurso de la adoración para derrotar a los enemigos y la intercesión para arrebatar a los que el diablo tiene cautivos. El salmo 149 nos muestra el efecto y poder de la alabanza. La adoración e intercesión son armas de guerra que todo cristiano debe aprender a usar para derrotar inclusive al más fiero enemigo. El diablo tiembla cuando un intercesor y adorador se pone en acción porque Dios se dispone a actuar. Adora al Dios Todopoderoso e intercede por tu país y verás cómo las tinieblas huyen.

domingo, 9 de agosto de 2009

DIOS ESTÁ EN TI ¡GÓZATE!

DIOS ESTÁ EN TI ¡GÓZATE!
“David iba vestido con un efod de lino, y danzaba con todas sus fuerzas, y tanto él como todos los israelitas llevaban el arca del Señor entre gritos de alegría y toque de trompetas.”
(2º Samuel 6: 14,15).
En el Antiguo Testamento, el Arca del Señor simbolizaba la presencia de Dios. Después de muchos años que el Arca estuvo olvidada, David preparó un lugar para el Arca y la llevó allí entre expresiones de júbilo y gran gozo. David entendía lo que significaba tener cerca la presencia de Dios. Lo maravilloso de este tiempo de abundante gracia es que la presencia de Dios está en medio de nosotros sus hijos, está en nuestro corazón, allí está el Arca del Dios vivo, sin cortinas intermedias que ocultan Su presencia. El Arca de Dios está en ti y en mí y ese gozo que invadió a David al llevar el Arca del Pacto hasta la morada que él le preparó, debe invadirnos a nosotros todo el tiempo y aún más, porque la Presencia de Dios habita en nosotros.

“Estén siempre gozosos” (1ª Tesalonicenses 5:16) El gozo es la complacencia de poseer algo muy valioso; y nosotros tenemos lo incomparablemente más valioso que todas las posesiones que el mundo nos pueda ofrecer; tenemos a Jesucristo, por eso Pablo nos exhorta a mantenernos siempre con gozo. El gozo debe ser la característica número uno de todo cristiano. En Filipenses 4: 4, Pablo nos dice que “nos regocijemos en el Señor siempre y repite: Otra vez digo: Regocijaos.” La Biblia está saturada de las palabras gozo, alegría, júbilo, etc., porque nuestro Dios es un Dios de gozo, es un Dios gozoso, Él es todo gozo. Si entramos en Él, nuestro ser debe estar invadido por Su gozo. Lo primero que el diablo quiere hacer es quitarnos el gozo y hundirnos en la tristeza y la depresión, pero no se lo vamos a permitir, "porque el gozo del Señor es nuestra fortaleza" (Nehemías 8: 10).

“El reino de Dios es justicia, paz y gozo por el Espíritu Santo” (Romanos 15: 17). Cuando entramos en el Reino de Dios, entramos a Su justicia, Su paz y Su gozo, porque entramos en Cristo. El Arca es símbolo de salvación. Noé fue salvo en un arca con toda su familia. Cristo es nuestra Arca; en Él somos salvos por la sangre del nuevo pacto derramada en la cruz del Calvario, esta sangre nos envuelve como un manto protector y se extiende a nuestras generaciones. El Arca es salvación para nosotros y los nuestros hasta mil generaciones. Después que David llevó el Arca a Su lugar, entonó un hermoso salmo (1º Crónicas 16: 7 -36) y declaró en el versículo 15-17 (Septuaginta) lo siguiente: “Rememorar por siempre su pacto —su palabra que mandó— por mil generaciones; el que pactó con Abraham; y su juramento a Isaac; y que constituyó a Jacob en precepto; a Israel el pacto sempiterno” Lo que fue dado en lo físico y natural a Israel, a nosotros se nos concede en lo espiritual, porque hemos entrado en Cristo a heredar las promesas. El gozo permite que nuestra fe se mantenga viva y nuestros ojos espirituales vean el alcance de las bendiciones del Señor.

“Por esta razón me arrodillo delante del Padre, de quien recibe nombre toda familia en el cielo y en la tierra. Le pido que, por medio del Espíritu y con el poder que procede de sus gloriosas riquezas, los fortalezca a ustedes en lo íntimo de su ser, para que por fe Cristo habite en sus corazones. Y pido que, arraigados y cimentados en amor, puedan comprender, junto con todos los santos, cuán ancho y largo, alto y profundo es el amor de Cristo; en fin, que conozcan ese amor que sobrepasa nuestro conocimiento, para que sean llenos de la plenitud de Dios. Al que puede hacer muchísimo más que todo lo que podamos imaginarnos o pedir, por el poder que obra eficazmente en nosotros, ¡a él sea la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos! Amén.” (Efesios 3: 14 -21 NVI) El gozo del Señor nos fortalece (Nehemías 8: 10) porque hace que Cristo habite en nosotros de forma continua. El gozo del Señor no permite la entrada al enemigo, este gozo se convierte en nuestra inexpugnable (infranqueable, invencible) fortaleza, por tanto debemos gozarnos siempre para mantener al enemigo alejado. El gozo está unido a la alabanza y la adoración, porque “no puede estar triste el corazón que alaba a Cristo”

“¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor! Canten al Señor un cántico nuevo, alábenlo en la comunidad de los fieles. Que se alegre Israel por su creador; que se regocijen los hijos de Sión por su rey. Que alaben su nombre con danzas; que le canten salmos al son de la lira y el pandero. Porque el Señor se complace en su pueblo; a los humildes concede el honor de la victoria. Que se alegren los fieles por su triunfo; que aun en sus camas griten de júbilo. Que broten de su garganta alabanzas a Dios, y haya en sus manos una espada de dos filos para que tomen venganza de las naciones y castiguen a los pueblos; para que sujeten a sus reyes con cadenas, a sus nobles con grilletes de hierro; para que se cumpla en ellos la sentencia escrita. ¡Ésta será la gloria de todos sus fieles! ¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor!” (Salmo 149 NVI)
El gozo y la alabanza doblegan el poder del enemigo y lo aprisionan. Por medio del gozo podemos destruir a nuestros enemigos espirituales que quieren aprisionar nuestra alma. Así que, gocémonos siempre en el Señor y el enemigo permanecerá bajo nuestros pies. ¡Aleluya! Nos gozamos de ser hijos de Dios.

jueves, 6 de agosto de 2009

UNIDOS POR BOLIVIA

UNIDOS POR BOLIVIA
6 de agosto de 2009
"Exaltado es el Señor porque mora en las alturas, y llena a Bolivia de justicia y rectitud. Él será la seguridad de tus tiempos, te dará en abundancia salvación, sabiduría y conocimiento; el temor del Señor será tu tesoro." (Isaías 33: 5-6).

Somos una voz silenciosa que se mueve y agita los cimientos del Seol y emerge como un gran tsunami que arrasará todo lo que Dios no plantó en nuestra nación. Levántate en este clamor para que tus hijos cosechen el fruto de tu osada semilla. Pelea la batalla de la fe, echa mano de la vida eterna; toma las poderosas armas del Espíritu y arrebata la presa al enemigo, pues éste se ha levantado como huracán devastador destruyendo el plantío del Dios Todopoderoso y sembrando los diseños del infierno en nuestra nación. El enemigo no es de carne y hueso, es una entidad o entidades espirituales que están arremetiendo contra Bolivia mientras los confiados hijos de Dios duermen la siesta espiritual. Es hora de despertar. Usa lo que tienes disponible para la batalla, los medios que Dios te dio están a tu alcance. Usa el Internet para establecer los diseños de Dios en nuestra nación.

OREMOS POR BOLIVIA. Si lo haces una sola vez, mientras lees esto, está bien; pero si lo proclamas con fe día tras día creyendo que es la voluntad de Dios, te volverás en transformador/a de esta nación trayendo el Reino de Dios a Bolivia y disipando las tinieblas.

“Oh SEÑOR, ten piedad de nosotros; en ti hemos esperado. Sé nuestra fortaleza cada mañana, también nuestra salvación en tiempo de angustia.” (Isaías 33: 2)

Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad en esta tierra como en el cielo. Que venga tu Reino a Bolivia, que los diseños que Tú has establecido para esta nación sean hechos. Levantamos en alto el pacto que tenemos contigo, pacto sellado con Tu preciosa sangre, único pacto válido en Tu Reino y declaramos Tu Señorío sobre esta nación. Que venga tu Reino sobre nosotros tus hijos para que el temor del Señor sea nuestro tesoro y practiquemos Tu justicia haciendo Tu voluntad. Líbranos de todo mal. Guardamos nuestros pensamientos centrados en Ti porque queremos presentarnos delante de Ti con manos limpias y corazón puro. Perdónanos como Iglesia porque no hemos manifestado tu luz y hemos pecado contra Ti, pero ahora Señor, nos humillamos delante de Ti y nos arrepentimos. Escudriña a Tu pueblo y saca a luz todo aquello que no es de Tu Reino, limpia a tu heredad y restáuranos por amor de Tu Nombre. Cúmplanse las palabras de Isaías 33: 5-6 y que Tu Reino se extienda por toda nuestra nación.

Que venga tu Reino sobre las autoridades de nuestra nación para que se establezca Tu justicia, Tu paz, para que Tu verdad prevalezca. Que salga a luz toda corrupción y los corruptos sean avergonzados. Que caiga toda red de narcotráfico en nuestro país, así mismo las redes de prostitución, pedofilia, pornografía; también incesto, asesinato, robo, fraude, idolatría, paganismo, hechicería, racismo, odio y toda clase de mentira y actos ilícitos.

Jesucristo, declaramos que Tú eres el único Señor, fuera de Ti no hay otro Dios y te entronamos en Bolivia. Al declarar Tu Señorío en nuestra nación, anulamos todo otro poder que haya sido levantado y glorificamos Tu Nombre que es sobre TODO nombre, ante el cual se doblará toda rodilla y toda lengua confesará que Jesucristo es el Señor. En Tu Nombre oramos al Padre, dándote gracias por tu amor y misericordia. Amén.

“Queridos hermanos, si el corazón no nos condena, tenemos confianza delante de Dios, y recibimos todo lo que le pedimos porque obedecemos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada. Y éste es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y que nos amemos los unos a los otros, pues así lo ha dispuesto.” (1ª Juan 3: 21- 23)
“Y si sabemos que Dios oye todas nuestras oraciones, podemos estar seguros de que ya tenemos lo que le hemos pedido.” (1ª Juan 5: 15)

domingo, 2 de agosto de 2009

ENTENDIMIENTO ES LA PALABRA CLAVE

ENTENDIMIENTO ES LA PALABRA CLAVE
"Escuchen lo que significa la parábola del sembrador: Cuando alguien oye la palabra acerca del reino y no la entiende, viene el maligno y arrebata lo que se sembró en su corazón. Ésta es la semilla sembrada junto al camino."
(Mateo 13: 18,19)
Entendimiento es la palabra clave, ésta va ligada a revelación. Cuando recibimos revelación de la Palabra, tenemos el entendimiento de la misma que producirá en nosotros la vida de Dios. El entendimiento nos da la idea clara de lo que Dios quiere para nosotros. Sansón no entendió los propósitos de Dios para su vida y a pesar de la unción que recibió, no pudo llegar a completar el plan de Dios, ni el número de sus días. Sansón murió a la mitad de sus días, totalmente ciego; el enemigo le sacó los ojos. Cuando no entendemos el propósito de Dios para nuestras vidas y nos empecinamos en hacer lo que queremos, viene el enemigo y nos ciega, o nos quita la visión de lo que Dios quiere, para que ya no veamos lo que tenemos por delante. El diablo viene a robar la Palabra que fue sembrada en el corazón, él hará todo lo posible para que esta Palabra se aparte de nuestro corazón y que con nuestra boca confesemos lo contrario a lo que Dios ya nos dio.

Debemos recordar que las palabras de Dios son vida (Juan 6: 63), pero esta vida debe caer en un terreno bueno, que tenga entendimiento para hacer que esta palabra crezca y se desarrolle, ya sea al treinta, sesenta o ciento por uno. El buen terreno es aquel que entiende. Cuando se entiende algo, ya nadie puede confundirnos o engañarnos porque tenemos una clara visión al respecto. Cuando parte de la palabra queda flotando por ahí sin que haya una comprensión completa, el enemigo la arrebata y nos olvidamos muy pronto lo que hemos recibido.

El terreno “junto al camino” es aquel por donde pasan muchas personas y también animales, está bien apisonado, por lo tanto es duro; además es un terreno donde por su ubicación se escuchan muchas voces, de modo que cuando la Palabra del Reino cae ahí, se mezcla con las otras voces que casi siempre suenan más fuertes, haciendo imperceptible la Palabra del Reino y desvaneciéndola. Esto muestra el estado del corazón de junto al camino. Difícilmente un corazón así podrá tener entendimiento de Reino. Cuando vinimos a Cristo, le entregamos nuestro corazón, pero si éste se mantiene ripiado, o asfaltado, o con cemento rígido nunca va a llegar a ser un buen terreno. Las estructuras religiosas, culturales y sociales deben ser arrancadas para que sea removido el terreno y esté apto para recibir la cultura del Reino de Dios. Necesitamos renovar nuestro entendimiento, cambiar nuestra forma de pensar respecto a la Palabra, a Dios y a los demás, hasta que lleguemos a ser un terreno que produzca al ciento por uno. El terreno junto al camino es duro porque se ha dejado pisotear con ofensas, resentimientos, amarguras, falta de perdón, juicio y rencores; además ha permitido escuchar los comentarios adversos de sí mismo y de otras personas. Necesita arrancar todo esto cambiando su mente, llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.

1. Los sabios (entendidos) resplandecerán con el brillo de la bóveda celeste; los que instruyen a las multitudes en el camino de la justicia brillarán como las estrellas por toda la eternidad. (Daniel 12: 3)
2. Manantial de vida [es] el entendimiento al que lo posee; mas la erudición de los locos es locura. (Proverbios16:22)
3. Una vez secas, las ramas se quiebran; vienen luego las mujeres y con ellas hacen fuego. Porque éste es un pueblo sin entendimiento; por eso su Creador no le tiene compasión, ni de él se apiada quien lo formó. (Isaías 27: 11)
4. Pero no las castigaré por sus prostituciones y adulterios, porque sus propios maridos se juntan con prostitutas y celebran banquetes paganos con las sacerdotisas del templo. ¡Es así como acaba por hundirse un pueblo falto de entendimiento! (Oseas 4: 14)

Los versículos arriba son una muestra de cómo son y serán las personas con entendimiento y aquellas sin entendimiento. Los entendidos hablan palabras de vida, porque esas palabras penetraron en sus corazones y lo que entra al corazón sale por la boca. La vida de Dios fluye del entendido; no así del necio, de su boca sólo sale necedad, muerte. Pablo oraba para que Dios alumbre los ojos de nuestro entendimiento para que comprendamos lo que Dios tiene para nosotros. “Pido que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre glorioso, les dé el Espíritu de sabiduría y de revelación, para que lo conozcan mejor. Pido también que les sean iluminados los ojos del corazón para que sepan a qué esperanza él los ha llamado, cuál es la riqueza de su gloriosa herencia entre los santos…” (Efesios 1: 17-18ª)

David decía: Tu siervo soy: dame entendimiento y llegaré a conocer tus estatutos. (Salmo 119: 125) Es Dios quien nos da entendimiento cuando le buscamos de todo corazón. Es Dios quien abre nuestro entendimiento para comprender las Escrituras. (Lucas 24: 45) Si buscamos diligentemente a Dios y meditamos en Su Palabra, nuestro entendimiento se abrirá y vendrá a nosotros la revelación, pero si permitimos pensamientos que no provienen de Dios, entonces nuestro entendimiento se empieza a nublar y viene la confusión. La revelación es la Palabra que se hace vida en nosotros, es la cualidad de entender a cabalidad lo dicho y hacerlo parte nuestra. Una forma de llegar a esto es declarando con fe la Palabra, aun cuando ésta no sea visible, porque le creemos al autor de la misma.

El desarrollo de la semilla depende del terreno. El terreno bueno puede producir en tres escalas: 100%, 40% y 30%. Dios quiere que produzcamos mucho fruto (100%), porque por nuestros frutos nos van a conocer. Pidamos a Dios que nos dé entendimiento para comprender Su Palabra y para que produzcamos vida abundante para quienes nos escuchen o vean. El entendido brillará porque la gloria de Dios reposa sobre él y será como árbol plantado junto a corrientes de agua, que fructifica en su tiempo y su hoja no se marchita y todo lo que hace prospera. “Dios dame entendimiento y revélame Tu Palabra. Abre mis ojos y veré las maravillas de tu ley”.