lunes, 21 de septiembre de 2009

LA PRIORIDAD DE JESÚS

LA PRIORIDAD DE JESÚS
Pero, como estaba angustiado, se puso a orar con más fervor, y su sudor era como gotas de sangre que caían a tierra. Cuando terminó de orar y volvió a los discípulos, los encontró dormidos, agotados por la tristeza. "¿Por qué están durmiendo? -les exhortó-. Levántense y oren para que no caigan en tentación." (Lucas 22: 44)
Cuando los discípulos le pidieron a Jesús que les enseñara a orar fue porque ellos entendieron que la oración era lo que hacía que Jesús obtuviera fortaleza en Dios. Él no hacía nada sin orar.

.En su angustia se refugió en la oración para fortalecerse y soportar lo que vendría. (Lucas 22: 44)
.Para la elección de los doce discípulos Jesús pasó la noche orando. “Por aquel tiempo se fue Jesús a la montaña a orar, y pasó toda la noche en oración a Dios. Al llegar la mañana, llamó a sus discípulos y escogió a doce de ellos, a los que nombró apóstoles”
(Lucas 6: 12, 13).
.Cuando hizo el milagro de la multiplicación de los panes y los peces, Jesús “dio gracias”, “miró al cielo”, es decir, oró al Padre agradeciendo por la bendición de la multiplicación, antes de partir los panes y los peces y darlo a la gente hambrienta. “Y mandó a la gente que se sentara sobre la hierba. Tomó los cinco panes y los dos pescados y, mirando al cielo, los bendijo. Luego partió los panes y se los dio a los discípulos, quienes los repartieron a la gente. Todos comieron hasta quedar satisfechos, y los discípulos recogieron doce canastas llenas de pedazos que sobraron. Los que comieron fueron unos cinco mil hombres, sin contar a las mujeres y a los niños.” (Mateo 14: 19 -21).

.Después de este milagro, Jesús no se quedó saboreando la fama, sino que fue a la montaña a orar. Esto lo hizo para guardar su alma de cualquier indicio de vanagloria, reconociendo que todo lo que hacía dependía de Dios. “Los que comieron fueron cinco mil. En seguida Jesús hizo que sus discípulos subieran a la barca y se le adelantaran al otro lado, a Betsaida, mientras él despedía a la multitud. Cuando se despidió, fue a la montaña para orar.” (Marcos 6: 44 -46)
.Cuando Jesús resucitó a Lázaro, Él oró agradeciendo a Dios porque lo había escuchado. Esto nos muestra que Jesús ya había orado al Padre antes de realizar este milagro. Recuerden que Él no hacía nada por cuenta propia. “Entonces quitaron la piedra. Jesús, alzando la vista, dijo: -Padre, te doy gracias porque me has escuchado. Ya sabía yo que siempre me escuchas, pero lo dije por la gente que está aquí presente, para que crean que tú me enviaste. Dicho esto, gritó con todas sus fuerzas: -¡Lázaro, sal fuera! El muerto salió, con vendas en las manos y en los pies, y el rostro cubierto con un sudario. -Quítenle las vendas y dejen que se vaya -les dijo Jesús.” (Juan 11: 41 -44).
.La fortaleza de Jesús era la oración. “Sin embargo, la fama de Jesús se extendía cada vez más, de modo que acudían a él multitudes para oírlo y para que los sanara de sus enfermedades. Él, por su parte, solía retirarse a lugares solitarios para orar.” (Lucas 5: 15, 16)

Jesús oraba constantemente, Él necesitaba estar en contacto con Su Padre para saber qué hacer y qué decir; Él era Dios, pero también Hombre, como Hombre necesitaba la dirección divina en todo momento y no podía descuidar ni una milésima de segundo su relación íntima con Dios. Si Jesús, siendo tanto Dios y Hombre necesitaba orar, cuánto más nosotros. Lutero decía: “En realidad, tengo tanto que hacer que me voy a pasar las tres primeras horas en oración.” (J. Oswald Sanders “LIDERAZGO ESPIRITUAL”). Pablo nos exhorta que oremos sin cesar, en todo tiempo. (1ª Tesalonicenses 5: 17; Efesios 6: 18). No podemos concebir una vida cristiana victoriosa sin oración. En el “Padre Nuestro”, Jesús enseñó que debemos pedir que venga el Reino de Dios a la tierra, para que Su voluntad sea hecha. Podemos declarar en oración cada día que se establezca Su reino sobre nosotros, nuestros hijos, los hijos de Dios, la ciudad donde vivimos y la nación.

La oración necesita alcanzar lo sobrenatural, entrar al Reino de Dios, allí donde Su luz irradia y toda tinieblas (iniquidad, pecado) es expuesta para ser consumida, se requiere un poder Mayor a nuestras fuerzas, el poder del Espíritu Santo orando a través de nosotros. “Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que examina los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, porque el Espíritu intercede por los creyentes conforme a la voluntad de Dios.” (Romanos 8: 26, 27). El Espíritu Santo todo lo escudriña, aun lo escondido de Dios. “Sin embargo, como está escrito: "Ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado, ninguna mente humana ha concebido lo que Dios ha preparado para quienes lo aman." Ahora bien, Dios nos ha revelado esto por medio de su Espíritu, pues el Espíritu lo examina todo, hasta las profundidades de Dios.” (1ª Corintios 2: 9, 10). Orar en el Espíritu, guiados por Él, nos lleva a usar tanto la mente como el espíritu unidos en sujeción al Espíritu de Dios para saber cómo orar, porque sólo Él conoce la mente de Dios y está dispuesto a ayudarnos si le pedimos. Recurre a Él por ayuda en todo momento pidiéndole que Él te guíe para saber cómo oarar.

sábado, 5 de septiembre de 2009

¿ENTRETENIMIENTO NOCIVO?

¿ENTRETENIMIENTO NOCIVO?
"Amarás al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza. "Estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón. "Las enseñarás diligentemente a tus hijos, y hablarás de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. "Las atarás como una señal a tu mano, y serán por insignias entre tus ojos. "Las escribirás en los postes de tu casa y en tus puertas.”
(Deuteronomio 6: 5 -9)
Estamos viviendo en una época donde la televisión, el Internet y toda clase de juegos electrónicos están sustituyendo la comunicación entre padres e hijos, a tal punto que la niñera de la casa se llama “Doña Tele”; ella también es la educadora tanto de pequeños como de grandes y parece que a todos los tiene embobadamente contentos; están tan absortos a la pantalla que el tiempo para disfrutar en familia y con la familia se ha perdido porque se disfruta de un aparato que nos dice lo que quiere, como quiere y a la hora que quiere; entonces nosotros nos acomodamos a su estilo y horario, llegando a ser dependientes de un artefacto electrónico. ¡Vaya siglo XXI! ¡Esto sí que es progreso! La tecnología nos tiene atrapados.

Frente a este ataque tecnológico a través de las ondas comunicativas o televisivas, llámese como se llame, nos vemos invadidos en nuestra propia recámara privada y no porque la tecnología así lo quiera, sino porque estamos siendo absorbidos por toda la novedad del cambio y quiérase o no, nos estamos volviendo adictos a todo lo que se nos ofrece como novedoso. Si bien estos adelantos nos ayudan en gran manera, e inclusive para que podamos impartir a todo el orbe lo que sentimos, sabemos o entendemos, por otro lado, nos consume mucho tiempo, y esto parece irónico, pues debería acortarnos el tiempo de trabajo, sin embargo, como existe tanta información de toda índole, nos vemos inmersos en la búsqueda de cosas que no son nuestra prioridad; y por otra parte están los bombardeos de otra información que captura no sólo la vista o los ojos, sino la mente, y lo triste es que mucha de esa información es malsana.

¿Cómo detener el embate de tanta basura por televisión, Internet y otros? Te podría decir muchas cosas como:
· Imparte en tu hijo/a principios sólidos basados en la única verdad absoluta, la verdad de Dios;
· Vive conforme a lo que enseñas para que vean en ti valores absolutos;
· Comunícate con ellos y exhórtalos con amor;
· Dedica mucho tiempo de calidad con ellos, empieza a volverte niño o joven, es decir empieza a crecer con ellos; ten mucho sentido de humor, juégate algunos chistes agradables con ellos y ríe, diviértete.
· Pero por sobre todas las cosas no dejes de mostrarles quién es Dios, que tu vida refleje al Padre Celestial. Háblales de las maravillas y del amor de Dios, pero no seas adusto al hacerlo, hazlo con pasión, contamínalos de esa pasión, que ellos vean que sobre todas las cosas amas a Dios con integridad de corazón.

Ahora bien, lo más nocivo en toda la información que recibimos y en la cual dedicamos nuestro tiempo, no es aquella que se muestra abiertamente como dañina, porque estando advertidos, podemos evitarla, sino aquella que es buena, pero que tiene la cualidad de tomar control de nuestro tiempo, a tal grado que ya no podemos comunicarnos con nuestro Padre Celestial. La gente dice: “Y qué de malo tiene”; pues nada y todo; puede ser un entretenimiento sano, por ejemplo un juego interesante que no tiene nada de violencia o sensualidad, si es que lo hay, pero que consume gran parte de tu tiempo y vives para ello. Esto llega a resultar tan nocivo como las telenovelas. Si ya no tienes tiempo para buscar a Dios leyendo Su Palabra, orando a solas, alabando, adorando, entonces estás en un estado crítico, cualquier momento puedes entrar en un “coma espiritual” y hasta morir. ¿Perderás tu salvación? No lo sé, sólo Dios lo sabe; pero sí sé que vas a rendir cuentas a Dios por todo el tiempo que Él te dio y que tú lo derrochaste.

“Ninguna cosa creada escapa a la vista de Dios. Todo está al descubierto, expuesto a los ojos de aquel a quien hemos de rendir cuentas.” (Hebreos 4: 13 NVI)
“Así que cada uno de nosotros tendrá que dar cuentas de sí a Dios.” (Romanos 14: 12 NVI)
“Pero todo lo que la luz pone al descubierto se hace visible, porque la luz es lo que hace que todo sea visible. Por eso se dice: "Despiértate, tú que duermes, levántate de entre los muertos, y te alumbrará Cristo." Así que tengan cuidado de su manera de vivir. No vivan como necios sino como sabios, aprovechando al máximo cada momento oportuno, porque los días son malos. Por tanto, no sean insensatos, sino entiendan cuál es la voluntad del Señor.” (Ef 5: 13-16NVI).
Uno de los dones más grandiosos que Dios nos dio, después de la vida, es el tiempo; y el uso que hagamos de él depende de nuestra decisión, pero sea cual sea el uso que le demos, vamos a rendir cuentas a Dios. Por tanto te insto a que vivas sabiamente, pídele a Dios que te dé sabiduría para usar tu tiempo correcta y debidamente, dedicándolo a la extensión del Reino y cuidándote de no consumir tu tiempo en entretenimientos buenos, pero que se vuelven nocivos porque te restan tiempo con Dios. El tiempo que tenemos aquí en la tierra es para cumplir el propósito de Dios. Cada segundo cuenta, y por cada segundo derrochado vamos a rendir cuentas.