sábado, 17 de diciembre de 2011

TRATANDO DE ENTENDER EL AMOR

TRATANDO DE ENTENDER EL AMOR
Si amas, da, entrega tu ser en amor, porque "nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos".(Juan 15:13) Los términos "darse" y "entregarse", no significan entregar el cuerpo para el placer sexual, sino más bien guardar el cuerpo de contaminación por amor, para mantenerse pura/o para la persona que Dios tiene preparada para cada una/o.


La palabra amor está tan empapada de sensualismo, que inclusive se usa el término "hacer el amor", para indicar una relación sexual, que generalmente es ilícita. Analiza el tiempo en que vivimos y observa las advertencias de Cristo en la Biblia, "como en los días de Noé", "como sucedió en los días de Lot". Lo que caracterizaba en esos días era justamente lo que vemos ahora, un desenfreno sexual, donde lo natural no satisface y se vuelven a prácticas "contra naturaleza".


Amor significa, aprender a respetar nuestro cuerpo, para que así podamos respetar el ajeno. Hay una advertencia dada por Cristo para los que vivimos en esta época: "Acordaos de la mujer de Lot". No podemos mirar atrás en esta vía de escape. Dios nos ofrece la libertad, la vida eterna. Prosigamos hacia la meta, libres de contaminación. No olvidemos que "nuestra ciudadanía no es de este mundo". (Filipenses 3: 20)


La filosofía post - modernista, que estamos viviendo ahora, que no es más que hedonismo, no debe penetrar en la vida del cristiano. Somos seres con la mente de Cristo; es cierto que tenemos instintos, pero no somos animales irracionales para ser guiados por los instintos, ya que Dios nos ha dado "espíritu de dominio propio". (1ª Timoteo 1: 7)


El amor, pues, no significa pasión desordenada. Dios, es Dios de orden. Todo lo contrario a la palabra de Dios, es del diablo, del enemigo de nuestras almas o de nuestra concupiscencia. La voluntad de Dios es "nuestra santificación, que nos apartemos de fornicación" (1ª Tesalonicenses 4: 3)

Dios quiere pureza en nuestro ser y el amor es puro; si está contaminado, no es amor. "Absteneos de toda especie de mal. Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestros ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo" (1ª Tesalonicenses 5: 22, 23) El amor piensa en el bien del otro, por eso la ley se resume en: "amarás a tu prójimo como a ti mismo". (Romanos 13: 9).