sábado, 5 de septiembre de 2009

¿ENTRETENIMIENTO NOCIVO?

¿ENTRETENIMIENTO NOCIVO?
"Amarás al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza. "Estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón. "Las enseñarás diligentemente a tus hijos, y hablarás de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. "Las atarás como una señal a tu mano, y serán por insignias entre tus ojos. "Las escribirás en los postes de tu casa y en tus puertas.”
(Deuteronomio 6: 5 -9)
Estamos viviendo en una época donde la televisión, el Internet y toda clase de juegos electrónicos están sustituyendo la comunicación entre padres e hijos, a tal punto que la niñera de la casa se llama “Doña Tele”; ella también es la educadora tanto de pequeños como de grandes y parece que a todos los tiene embobadamente contentos; están tan absortos a la pantalla que el tiempo para disfrutar en familia y con la familia se ha perdido porque se disfruta de un aparato que nos dice lo que quiere, como quiere y a la hora que quiere; entonces nosotros nos acomodamos a su estilo y horario, llegando a ser dependientes de un artefacto electrónico. ¡Vaya siglo XXI! ¡Esto sí que es progreso! La tecnología nos tiene atrapados.

Frente a este ataque tecnológico a través de las ondas comunicativas o televisivas, llámese como se llame, nos vemos invadidos en nuestra propia recámara privada y no porque la tecnología así lo quiera, sino porque estamos siendo absorbidos por toda la novedad del cambio y quiérase o no, nos estamos volviendo adictos a todo lo que se nos ofrece como novedoso. Si bien estos adelantos nos ayudan en gran manera, e inclusive para que podamos impartir a todo el orbe lo que sentimos, sabemos o entendemos, por otro lado, nos consume mucho tiempo, y esto parece irónico, pues debería acortarnos el tiempo de trabajo, sin embargo, como existe tanta información de toda índole, nos vemos inmersos en la búsqueda de cosas que no son nuestra prioridad; y por otra parte están los bombardeos de otra información que captura no sólo la vista o los ojos, sino la mente, y lo triste es que mucha de esa información es malsana.

¿Cómo detener el embate de tanta basura por televisión, Internet y otros? Te podría decir muchas cosas como:
· Imparte en tu hijo/a principios sólidos basados en la única verdad absoluta, la verdad de Dios;
· Vive conforme a lo que enseñas para que vean en ti valores absolutos;
· Comunícate con ellos y exhórtalos con amor;
· Dedica mucho tiempo de calidad con ellos, empieza a volverte niño o joven, es decir empieza a crecer con ellos; ten mucho sentido de humor, juégate algunos chistes agradables con ellos y ríe, diviértete.
· Pero por sobre todas las cosas no dejes de mostrarles quién es Dios, que tu vida refleje al Padre Celestial. Háblales de las maravillas y del amor de Dios, pero no seas adusto al hacerlo, hazlo con pasión, contamínalos de esa pasión, que ellos vean que sobre todas las cosas amas a Dios con integridad de corazón.

Ahora bien, lo más nocivo en toda la información que recibimos y en la cual dedicamos nuestro tiempo, no es aquella que se muestra abiertamente como dañina, porque estando advertidos, podemos evitarla, sino aquella que es buena, pero que tiene la cualidad de tomar control de nuestro tiempo, a tal grado que ya no podemos comunicarnos con nuestro Padre Celestial. La gente dice: “Y qué de malo tiene”; pues nada y todo; puede ser un entretenimiento sano, por ejemplo un juego interesante que no tiene nada de violencia o sensualidad, si es que lo hay, pero que consume gran parte de tu tiempo y vives para ello. Esto llega a resultar tan nocivo como las telenovelas. Si ya no tienes tiempo para buscar a Dios leyendo Su Palabra, orando a solas, alabando, adorando, entonces estás en un estado crítico, cualquier momento puedes entrar en un “coma espiritual” y hasta morir. ¿Perderás tu salvación? No lo sé, sólo Dios lo sabe; pero sí sé que vas a rendir cuentas a Dios por todo el tiempo que Él te dio y que tú lo derrochaste.

“Ninguna cosa creada escapa a la vista de Dios. Todo está al descubierto, expuesto a los ojos de aquel a quien hemos de rendir cuentas.” (Hebreos 4: 13 NVI)
“Así que cada uno de nosotros tendrá que dar cuentas de sí a Dios.” (Romanos 14: 12 NVI)
“Pero todo lo que la luz pone al descubierto se hace visible, porque la luz es lo que hace que todo sea visible. Por eso se dice: "Despiértate, tú que duermes, levántate de entre los muertos, y te alumbrará Cristo." Así que tengan cuidado de su manera de vivir. No vivan como necios sino como sabios, aprovechando al máximo cada momento oportuno, porque los días son malos. Por tanto, no sean insensatos, sino entiendan cuál es la voluntad del Señor.” (Ef 5: 13-16NVI).
Uno de los dones más grandiosos que Dios nos dio, después de la vida, es el tiempo; y el uso que hagamos de él depende de nuestra decisión, pero sea cual sea el uso que le demos, vamos a rendir cuentas a Dios. Por tanto te insto a que vivas sabiamente, pídele a Dios que te dé sabiduría para usar tu tiempo correcta y debidamente, dedicándolo a la extensión del Reino y cuidándote de no consumir tu tiempo en entretenimientos buenos, pero que se vuelven nocivos porque te restan tiempo con Dios. El tiempo que tenemos aquí en la tierra es para cumplir el propósito de Dios. Cada segundo cuenta, y por cada segundo derrochado vamos a rendir cuentas.

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