martes, 25 de enero de 2011

¿A QUIÉN ESTÁS CREYENDO?

¿A QUIÉN ESTÁS CREYENDO?
Déjame inventar una historia, de alguien muy malo, por supuesto.
Un día, Satanás, el padre de la mentira, estaba pensando cómo arruinar mucho más a la gente. Después de tanto pensar y repensar, llamó a su hija, la “Mentira” y le dijo: -Hija, eres mi preferida, por eso te voy a enviar para que te introduzcas en la mente de los humanos y empieces a cambiar sus pensamientos por los tuyos, de esta forma, las personas te tendrán a ti como reina en sus mentes y gobernarás sobre sus vidas, te enseñorearás de sus pensamientos, afirmarás tu trono en los humanos y ellos te creerán a ti a pesar de tener lo que ellos creen que es verdad.
Mientras tú estés asentada en sus pensamientos, puedes permitirles momentos de lucidez en cuanto a la verdad, pero no por mucho tiempo. Tienes que imponerte y destruir lo verdadero martillando con tu mazo hasta hacer trizas la verdad. Los humanos creen que Dios existe, cámbiales esa forma de pensar, como sólo tú sabes hacerlo. A algunos los cambiarás de un sopetón; a otros, a los que yo les mande calamidades, empezarás haciéndoles creer que ese su Dios no los ama. A la mayoría, les harás creer que no sirven para nada, que sus vidas no tienen sentido y que es mejor dejar de existir o desistir de esa creencia en Dios. A otros átalos con recuerdos recurrentes de su pasado hostil y no los dejes pensar en un futuro mejor. Hazles creer que ya no pueden cambiar sus circunstancias y por lo tanto tienen que resignarse a vivir así como viven.

La Mentira preguntó a su padre: - Y si aceptan al que es la Verdad, ¿qué puedo hacer?
A lo que Satanás contestó: - No te preocupes por eso, tan sólo insiste en tener un espacio en sus mentes y poco a poco te vas haciendo campo y vas ganado más espacio, de tal forma que ellos se confundan y no sepan a quién creer. Yo estaré ayudándote y te mandaré a Temor, mi aliado, él te abrirá paso para que entres en la mente de los humanos, porque él se encargará de hacerles dar miedo para enfrentar su situación o emprender algo nuevo.
De esta forma, Mentira bajó a la tierra y empezó su trabajo, que sin lugar a dudas lo hizo muy, pero muy bien y empezó a ganar terreno en la mente de las personas, cambiando la verdad por sus mentiras.

Si bien, esto es una suposición, nosotros entendemos que es así, porque frente a cada verdad, el diablo contrapone una mentira o falsificación de la verdad. A Eva, la primera mujer, le dijo: “No morirás…..” (Génesis 3:4), y luego una sarta de mentiras y Eva le creyó. Lo mismo hace con los hijos de Dios, entonces dejamos de creerle a Dios y creemos a las mentiras del diablo. Frases como: “Nadie me quiere”; “No sirvo para nada”;no puedo hacerlo”; “no tengo paciencia”; “soy un tonto”; “me quiero morir”, etc. son mentiras que por tanto pensarlas y decirlas, las empezamos a creer y van abriéndose campo en nuestra mente desechando de esta forma la verdad de Dios.

Frente a la mentira “nadie me quiere”, la desmentimos diciendo: “Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.” (Juan 3: 16NVI) “Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros.” (Romanos 5: 8 NVI) “Así manifestó Dios su amor entre nosotros: en que envió a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por medio de él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a su Hijo para que fuera ofrecido como sacrificio por el perdón de nuestros pecados.” (1ª Juan 4: 9,10 NVI)
Frente a la mentira “no sirvo para nada”, nos agarramos de la verdad que encontramos en Efesios 2: 10. “Porque somos hechura Suya, creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas.” Entonces decimos: Fui creado para buenas obras, Dios ya preparó esas obras para que ande en ellas, entonces sirvo para todo lo que Dios quiere que haga en esta tierra.
Frente a la mentira “no puedo hacerlo”, la refutamos citando Filipenses 4: 13. “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.
Frente a la mentira “no tengo paciencia”, nos aferramos a la verdad que Dios nos dio el fruto del Espíritu donde incluye la paciencia. “En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas.” (Gálatas 5: 22, 23 NVI).

De este modo, aferrados a la verdad de la Palabra de Dios, vamos a destronar a las mentiras del diablo, “llevando cautivo todo pensamiento para que se someta a Cristo” (2ª Corintios 10: 5). Así, ya no daremos cabida a los pensamientos negativos que carcomen el alma. Y “Para concluir, hermanos, enfoquen sus pensamientos hacia todo lo que es verdad, noble, justo, puro, amable, admirable en alguna virtud o en algo digno de alabar.” (Filipenses 4: 8 TKIM-D). La verdad de Dios es la que debe gobernarnos y no permitamos que la mentira distorsione nuestra forma de pensar, depende de nosotros qué pensamientos vamos a pensar. Que Dios nos dé entendimiento para que comprendamos y conozcamos y creamos Su Verdad, que es Jesucristo, el Verbo de Dios, para que cimentados en Él seamos capaces de pensar Sus pensamientos y vivir conforme a Su voluntad.

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