LA PROBLEMÁTICA DEL CONOCIMIENTO
Si el hombre rechaza a su Hacedor, vanos serán sus esfuerzos por llegar a Él. Al hombre se le dio dominio sobre la naturaleza, y él la destruyó. “Y dijo Dios: "Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza. Que tenga dominio sobre los peces del mar, y sobre las aves del cielo; sobre los animales domésticos, sobre los animales salvajes, y sobre todos los reptiles que se arrastran por el suelo." Y Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios. Hombre y mujer los creó, y los bendijo con estas palabras: "Sean fructíferos y multiplíquense; llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar y a las aves del cielo, y a todos los reptiles que se arrastran por el suelo." (Génesis 1: 26- 28) Ahora el ser humano cree dominar el mundo ¿acaso lo destruirá? El hombre puede dominar todas las cosas, pero ¿podrá dominarse él mismo? “Aquel que controla su carácter es mejor que el héroe de guerra, aquel que gobierna su temperamento es mejor que el que captura una ciudad.” (Proverbios 16: 32 TKIM-DE). Sólo podemos tomar control de nuestro temperamento si dejamos que nuestro espíritu unido al Espíritu Santo de Dios se encargue de gobernar nuestro ser, porque si dejamos que el alma siga tomando el control, entonces vamos a reaccionar de acuerdo a las circunstancias. Si nuestro temperamento es controlado por nuestro espíritu que está en sujeción al Espíritu Santo, entonces nuestro carácter va a ser transformado a la semejanza del carácter de Cristo.
La Teoría del Conocimiento o gnoseología, proviene del griego "gnosis", que significa conocimiento. El conocimiento es un proceso psíquico que realiza el ser humano en cuanto sujeto consciente. Sócrates dijo: "somos en cuanto conocemos"; es decir cuanto más conozco algo, más me asemejo a ese algo. Si conozco el bien, entonces seré bueno, pensaba él. Cuánto más conocemos a Cristo y Su Reino, más nos vamos a empapar de Su carácter, de su Santidad y pureza y vamos a ser cada día más semejantes a Él. “Así, todos nosotros, que con el rostro descubierto reflejamos como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados a su semejanza con más y más gloria por la acción del Señor, que es el Espíritu.” (2ª Corintios 3: 18). Dios nos pide algo muy importante: “Conozcamos al Señor; vayamos tras su conocimiento. Tan cierto como que sale el sol, él habrá de manifestarse; vendrá a nosotros como la lluvia de invierno, como la lluvia de primavera que riega la tierra….. Lo que pido de ustedes es amor y no sacrificios, conocimiento de Dios y no holocaustos.” (Oseas 6: 3 y 6). El conocimiento más importante para la vida del cristiano es: conocer a Dios y a Cristo. “Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú has enviado.” (Juan 17: 3
Primera de Juan 3: 6 dice: "Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto ni le ha conocido". El pecado nos separa de Dios, pero si permanecemos unidos a Cristo, así como las ramas de la vid permanecen unidas al tronco, vamos recibir la savia de vida que nos hará fructíferos en Cristo y entonces conoceremos a Aquel de quien recibimos la vida y nos pareceremos a Él; pero si nos deleitamos en pecar nos separamos del tronco y la rama empezará a secarse porque ya no fluye la vida a través de ella. Cuanto más anhelemos a Cristo y le busquemos, más vamos a recibir de Él. Nuestra vida no es vida sin Cristo porque nos hemos vuelto totalmente dependientes de Él, ya que sólo así nos mantendremos sin pecar.
“Quiero que lo sepan para que cobren ánimo, permanezcan unidos por amor, y tengan toda la riqueza que proviene de la convicción y del entendimiento. Así conocerán el misterio de Dios, es decir, a Cristo, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.” (Colosenses 2: 2,3). Cuando estamos en Cristo, permaneciendo en Él, estando unidos en amor con los miembros del Cuerpo de Cristo, vamos a poder tener el verdadero conocimiento y no vamos a ir buscando en otras fuentes de filosofía humana lo que ya Dios nos otorgó en Cristo. Cuando el pueblo de Dios no se preocupa por conocer más de Él y por poseer Su conocimiento, entonces empieza a destruirse. “Pues por falta de conocimiento mi pueblo ha sido destruido. "Puesto que rechazaste el conocimiento, yo también te rechazo como mi sacerdote. Ya que te olvidaste de la ley de tu Dios, yo también me olvidaré de tus hijos.” (Oseas 4: 6) Conformarnos con lo que ya sabemos y no querer indagar más de la Palabra de Dios para saber qué cosas Él tiene para nosotros/as en este tiempo, es rechazar Su conocimiento. Dios tiene mucho para darnos en este tiempo y lo vamos a encontrar en Su Palabra, en la comunión íntima con el Espíritu Santo quien nos va a dar a conocer más de Cristo. Dios nos ha devuelto en Cristo la autoridad para dominar la tierra y la capacidad de ser fructíferos y multiplicarnos para la extensión de Su Reino; por tanto, empapémonos de Su conocimiento, busquemos Su Presencia en intimidad con el Espíritu Santo y vayamos a reconquistar el mundo para Cristo haciendo las obras que Él hizo e irrumpamos en las tinieblas llevando la luz y arrebatando las almas que el diablo tiene cautivas. El mundo no le pertenece al diablo; el mundo le pertenece a Dios (Salmo 24:1), el diablo es un malvado intruso. Nosotros estamos para tomar lo que por derecho legal pertenece al Reino de Dios y a nosotros los de Su Reino, ya que Cristo rescató con Su victoria en la cruz lo que una vez le fue dado a Adán y él le entregó al diablo. Jesús nos ha dado la orden y autoridad para ir y hacer discípulos a todas las naciones y nos ha dejado la promesa de que Él estará con nosotros hasta el fin del mundo (Mateo 28: 18-20). Conozcamos cada día más a Cristo y démoslo a conocer, porque sólo en Él radica el verdadero conocimiento.
Si el hombre rechaza a su Hacedor, vanos serán sus esfuerzos por llegar a Él. Al hombre se le dio dominio sobre la naturaleza, y él la destruyó. “Y dijo Dios: "Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza. Que tenga dominio sobre los peces del mar, y sobre las aves del cielo; sobre los animales domésticos, sobre los animales salvajes, y sobre todos los reptiles que se arrastran por el suelo." Y Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios. Hombre y mujer los creó, y los bendijo con estas palabras: "Sean fructíferos y multiplíquense; llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar y a las aves del cielo, y a todos los reptiles que se arrastran por el suelo." (Génesis 1: 26- 28) Ahora el ser humano cree dominar el mundo ¿acaso lo destruirá? El hombre puede dominar todas las cosas, pero ¿podrá dominarse él mismo? “Aquel que controla su carácter es mejor que el héroe de guerra, aquel que gobierna su temperamento es mejor que el que captura una ciudad.” (Proverbios 16: 32 TKIM-DE). Sólo podemos tomar control de nuestro temperamento si dejamos que nuestro espíritu unido al Espíritu Santo de Dios se encargue de gobernar nuestro ser, porque si dejamos que el alma siga tomando el control, entonces vamos a reaccionar de acuerdo a las circunstancias. Si nuestro temperamento es controlado por nuestro espíritu que está en sujeción al Espíritu Santo, entonces nuestro carácter va a ser transformado a la semejanza del carácter de Cristo.
La Teoría del Conocimiento o gnoseología, proviene del griego "gnosis", que significa conocimiento. El conocimiento es un proceso psíquico que realiza el ser humano en cuanto sujeto consciente. Sócrates dijo: "somos en cuanto conocemos"; es decir cuanto más conozco algo, más me asemejo a ese algo. Si conozco el bien, entonces seré bueno, pensaba él. Cuánto más conocemos a Cristo y Su Reino, más nos vamos a empapar de Su carácter, de su Santidad y pureza y vamos a ser cada día más semejantes a Él. “Así, todos nosotros, que con el rostro descubierto reflejamos como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados a su semejanza con más y más gloria por la acción del Señor, que es el Espíritu.” (2ª Corintios 3: 18). Dios nos pide algo muy importante: “Conozcamos al Señor; vayamos tras su conocimiento. Tan cierto como que sale el sol, él habrá de manifestarse; vendrá a nosotros como la lluvia de invierno, como la lluvia de primavera que riega la tierra….. Lo que pido de ustedes es amor y no sacrificios, conocimiento de Dios y no holocaustos.” (Oseas 6: 3 y 6). El conocimiento más importante para la vida del cristiano es: conocer a Dios y a Cristo. “Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú has enviado.” (Juan 17: 3
Primera de Juan 3: 6 dice: "Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto ni le ha conocido". El pecado nos separa de Dios, pero si permanecemos unidos a Cristo, así como las ramas de la vid permanecen unidas al tronco, vamos recibir la savia de vida que nos hará fructíferos en Cristo y entonces conoceremos a Aquel de quien recibimos la vida y nos pareceremos a Él; pero si nos deleitamos en pecar nos separamos del tronco y la rama empezará a secarse porque ya no fluye la vida a través de ella. Cuanto más anhelemos a Cristo y le busquemos, más vamos a recibir de Él. Nuestra vida no es vida sin Cristo porque nos hemos vuelto totalmente dependientes de Él, ya que sólo así nos mantendremos sin pecar.
“Quiero que lo sepan para que cobren ánimo, permanezcan unidos por amor, y tengan toda la riqueza que proviene de la convicción y del entendimiento. Así conocerán el misterio de Dios, es decir, a Cristo, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.” (Colosenses 2: 2,3). Cuando estamos en Cristo, permaneciendo en Él, estando unidos en amor con los miembros del Cuerpo de Cristo, vamos a poder tener el verdadero conocimiento y no vamos a ir buscando en otras fuentes de filosofía humana lo que ya Dios nos otorgó en Cristo. Cuando el pueblo de Dios no se preocupa por conocer más de Él y por poseer Su conocimiento, entonces empieza a destruirse. “Pues por falta de conocimiento mi pueblo ha sido destruido. "Puesto que rechazaste el conocimiento, yo también te rechazo como mi sacerdote. Ya que te olvidaste de la ley de tu Dios, yo también me olvidaré de tus hijos.” (Oseas 4: 6) Conformarnos con lo que ya sabemos y no querer indagar más de la Palabra de Dios para saber qué cosas Él tiene para nosotros/as en este tiempo, es rechazar Su conocimiento. Dios tiene mucho para darnos en este tiempo y lo vamos a encontrar en Su Palabra, en la comunión íntima con el Espíritu Santo quien nos va a dar a conocer más de Cristo. Dios nos ha devuelto en Cristo la autoridad para dominar la tierra y la capacidad de ser fructíferos y multiplicarnos para la extensión de Su Reino; por tanto, empapémonos de Su conocimiento, busquemos Su Presencia en intimidad con el Espíritu Santo y vayamos a reconquistar el mundo para Cristo haciendo las obras que Él hizo e irrumpamos en las tinieblas llevando la luz y arrebatando las almas que el diablo tiene cautivas. El mundo no le pertenece al diablo; el mundo le pertenece a Dios (Salmo 24:1), el diablo es un malvado intruso. Nosotros estamos para tomar lo que por derecho legal pertenece al Reino de Dios y a nosotros los de Su Reino, ya que Cristo rescató con Su victoria en la cruz lo que una vez le fue dado a Adán y él le entregó al diablo. Jesús nos ha dado la orden y autoridad para ir y hacer discípulos a todas las naciones y nos ha dejado la promesa de que Él estará con nosotros hasta el fin del mundo (Mateo 28: 18-20). Conozcamos cada día más a Cristo y démoslo a conocer, porque sólo en Él radica el verdadero conocimiento.
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