lunes, 27 de septiembre de 2010

EL PAN NUESTRO DE CADA DÍA

EL PAN NUESTRO DE CADA DÍA
“Danos hoy nuestro pan cotidiano.”
(Mateo 6: 11)
En la oración del Padre nuestro, primeramente Jesús nos enseñó a reconocer que Dios es nuestro Padre, esto produce en nosotros seguridad y confianza, porque empezamos a reconocer que de verdad tenemos un Padre Amoroso a quien podemos acudir en cualquier momento y sentimos que nos volvemos como niños buscando a Papá para saltar a Sus brazos. Luego nos lleva a reconocer que Su Nombre tiene que estar separado de los demás nombres para ser adorado en espíritu y en verdad, porque al reconocer la Santidad de Su Nombre, reconocemos Su Señorío sobre nuestras vidas y empezamos a tomar conciencia que Nuestro Señor se encargará de nosotros. Nos muestra además que podemos por medio de nuestra sincera adoración traer los diseños de Dios a esta tierra, cuando dijo, “venga tu reino y hágase tu voluntad como en el cielo, así también en la tierra”. Ahora nos lleva a reconocer que dependemos de Dios para nuestro sustento diario, sin importar cuánto dinero tengamos, pues nuestro Padre va a suplir todas nuestras necesidades. “Danos hoy nuestro pan cotidiano.En esta frase, Jesucristo nos lleva a reconocer nuestra dependencia total de Dios.

Cuando dependemos de Dios, descansamos en Dios. Jesús después de enseñarles a sus discípulos cómo orar continúa en Mateo 6, explicando lo concerniente a esta oración y a medida que lo va haciendo, según narra el autor de este libro, Jesús habla sobre dos señores o amos: uno es Dios y otro es el dinero, aquí Él está colocando el dinero en la misma categoría de “señor”, porque el ser humano se ha vuelto dependiente del dinero para satisfacer sus necesidades y se ha olvidado que es Dios quien nos provee todo aquello que nos hace falta. No podemos pretender depender de Dios y al mismo tiempo querer depender de nuestras finazas. ¿En dónde pues está nuestra confianza? Si nuestra confianza está en el dinero, Dios deja de ser nuestro Señor y por ende deja de ser nuestro Proveedor, por nuestra propia elección y Dios respeta nuestra decisión; entonces empezamos a fatigarnos por conseguir el sustento diario y la carga es dura. Por supuesto que el dinero es necesario, vivimos en este mundo donde todo se mueve por dinero, pero si recordamos que ya no pertenecemos al sistema de este mundo, sino al sistema del Reino de Dios, entonces, nuestra confianza debe estar en Dios, quien se encarga de suplir todas y cada una de nuestras necesidades; por eso es nuestro Señor y Rey. ¿Es que ya no vamos a trabajar para ganar dinero? Por supuesto que vamos a seguir trabajando, pero no dependiendo del dinero. Ya no vamos a angustiarnos pensando si nos alcanzará el dinero para suplir las cosas más básicas, sino que viviremos confiados sabiendo que Él es nuestro Pastor y nada, absolutamente nada nos falta.

"Por eso les digo: no se preocupen por la comida ni por la bebida ni tampoco por la ropa que se van a poner. Ciertamente la vida es más que la comida y el cuerpo más que la ropa. Miren a las aves, ellas no cultivan ni cosechan ni tampoco guardan nada en graneros. Sin embargo, su Padre que está en el cielo les da alimento. ¿No son ustedes más importantes que ellas? (Mateo 6: 25, 26 PDT) Cuando le pedimos al Padre que nos dé el alimento o sustento para cada día, sabemos que Él lo hará y no nos afanamos, sino que confiamos en Dios y descansamos en Él. “Así que, si Dios viste a todo lo que crece en el campo, que hoy tiene vida pero que mañana será quemado en un horno, con mucha más razón cuidará de ustedes. ¡No sean gente de poca fe! Así que no se preocupen ni digan: '¿Qué vamos a comer?' o '¿Qué vamos a beber?' o '¿Qué ropa vamos a usar?' La gente que no conoce a Dios trata de conseguir esas cosas, pero ustedes tienen a su Padre en el cielo que sabe que necesitan todo esto. Así que, primero busquen el reino de Dios y el bien que Dios quiere que hagan, y se les dará todo lo que necesitan. No se preocupen por el día de mañana, porque el mañana traerá sus propias preocupaciones. Cada día tiene sus propios problemas.” (Mateo 6: 30 -34 PDT).

Danos hoy el pan nuestro de cada día”, parafraseando, diríamos: “Danos el sustento que corresponde para este día.” ¿Por qué no pedimos para el mes? ¿No es acaso mejor por quintal que por kilo? Dios quiere que aprendamos a depender de Él cada día y esto demuestra confianza y fe. Ahora bien, quiero que entiendas que no estoy diciendo que no compres por cantidad, si así lo haces, es bueno, pero lo que quiero que sepas es que no debe estar tu confianza en lo que almacenas en tu alacena o depósito, sino en Dios; así que si tienes para compartir con los necesitados, hazlo, sin pensar que tal vez llegue el fin de mes y no vas a tener qué comer, porque es Dios quien te suple y no tu dinero. El mamá era una provisión diaria y nadie podía guardar para el día siguiente porque se pudría y agusanaba, ¿porqué hizo eso Dios? Para enseñar al pueblo a que confiara en el Dios que suple, el Shadai o Más que Suficiente. Dios no iba a hacerles faltar el maná, inclusive aunque se portaran mal, de igual forma, Dios nunca nos va a hacer faltar el sustento diario si realmente lo recibimos como nuestro Señor, nuestro Dueño y Padre, a pesar que nos portemos mal, pues Él no nos va a castigar dejándonos sin comer, ¿Acaso mueren de hambre las aves a pesar de la devastación hecha por nosotros? Dios les da el sustento y ¿cómo no lo va a hacer con nosotros por quienes Él dio Su propia vida?

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