lunes, 21 de septiembre de 2009

LA PRIORIDAD DE JESÚS

LA PRIORIDAD DE JESÚS
Pero, como estaba angustiado, se puso a orar con más fervor, y su sudor era como gotas de sangre que caían a tierra. Cuando terminó de orar y volvió a los discípulos, los encontró dormidos, agotados por la tristeza. "¿Por qué están durmiendo? -les exhortó-. Levántense y oren para que no caigan en tentación." (Lucas 22: 44)
Cuando los discípulos le pidieron a Jesús que les enseñara a orar fue porque ellos entendieron que la oración era lo que hacía que Jesús obtuviera fortaleza en Dios. Él no hacía nada sin orar.

.En su angustia se refugió en la oración para fortalecerse y soportar lo que vendría. (Lucas 22: 44)
.Para la elección de los doce discípulos Jesús pasó la noche orando. “Por aquel tiempo se fue Jesús a la montaña a orar, y pasó toda la noche en oración a Dios. Al llegar la mañana, llamó a sus discípulos y escogió a doce de ellos, a los que nombró apóstoles”
(Lucas 6: 12, 13).
.Cuando hizo el milagro de la multiplicación de los panes y los peces, Jesús “dio gracias”, “miró al cielo”, es decir, oró al Padre agradeciendo por la bendición de la multiplicación, antes de partir los panes y los peces y darlo a la gente hambrienta. “Y mandó a la gente que se sentara sobre la hierba. Tomó los cinco panes y los dos pescados y, mirando al cielo, los bendijo. Luego partió los panes y se los dio a los discípulos, quienes los repartieron a la gente. Todos comieron hasta quedar satisfechos, y los discípulos recogieron doce canastas llenas de pedazos que sobraron. Los que comieron fueron unos cinco mil hombres, sin contar a las mujeres y a los niños.” (Mateo 14: 19 -21).

.Después de este milagro, Jesús no se quedó saboreando la fama, sino que fue a la montaña a orar. Esto lo hizo para guardar su alma de cualquier indicio de vanagloria, reconociendo que todo lo que hacía dependía de Dios. “Los que comieron fueron cinco mil. En seguida Jesús hizo que sus discípulos subieran a la barca y se le adelantaran al otro lado, a Betsaida, mientras él despedía a la multitud. Cuando se despidió, fue a la montaña para orar.” (Marcos 6: 44 -46)
.Cuando Jesús resucitó a Lázaro, Él oró agradeciendo a Dios porque lo había escuchado. Esto nos muestra que Jesús ya había orado al Padre antes de realizar este milagro. Recuerden que Él no hacía nada por cuenta propia. “Entonces quitaron la piedra. Jesús, alzando la vista, dijo: -Padre, te doy gracias porque me has escuchado. Ya sabía yo que siempre me escuchas, pero lo dije por la gente que está aquí presente, para que crean que tú me enviaste. Dicho esto, gritó con todas sus fuerzas: -¡Lázaro, sal fuera! El muerto salió, con vendas en las manos y en los pies, y el rostro cubierto con un sudario. -Quítenle las vendas y dejen que se vaya -les dijo Jesús.” (Juan 11: 41 -44).
.La fortaleza de Jesús era la oración. “Sin embargo, la fama de Jesús se extendía cada vez más, de modo que acudían a él multitudes para oírlo y para que los sanara de sus enfermedades. Él, por su parte, solía retirarse a lugares solitarios para orar.” (Lucas 5: 15, 16)

Jesús oraba constantemente, Él necesitaba estar en contacto con Su Padre para saber qué hacer y qué decir; Él era Dios, pero también Hombre, como Hombre necesitaba la dirección divina en todo momento y no podía descuidar ni una milésima de segundo su relación íntima con Dios. Si Jesús, siendo tanto Dios y Hombre necesitaba orar, cuánto más nosotros. Lutero decía: “En realidad, tengo tanto que hacer que me voy a pasar las tres primeras horas en oración.” (J. Oswald Sanders “LIDERAZGO ESPIRITUAL”). Pablo nos exhorta que oremos sin cesar, en todo tiempo. (1ª Tesalonicenses 5: 17; Efesios 6: 18). No podemos concebir una vida cristiana victoriosa sin oración. En el “Padre Nuestro”, Jesús enseñó que debemos pedir que venga el Reino de Dios a la tierra, para que Su voluntad sea hecha. Podemos declarar en oración cada día que se establezca Su reino sobre nosotros, nuestros hijos, los hijos de Dios, la ciudad donde vivimos y la nación.

La oración necesita alcanzar lo sobrenatural, entrar al Reino de Dios, allí donde Su luz irradia y toda tinieblas (iniquidad, pecado) es expuesta para ser consumida, se requiere un poder Mayor a nuestras fuerzas, el poder del Espíritu Santo orando a través de nosotros. “Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que examina los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, porque el Espíritu intercede por los creyentes conforme a la voluntad de Dios.” (Romanos 8: 26, 27). El Espíritu Santo todo lo escudriña, aun lo escondido de Dios. “Sin embargo, como está escrito: "Ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado, ninguna mente humana ha concebido lo que Dios ha preparado para quienes lo aman." Ahora bien, Dios nos ha revelado esto por medio de su Espíritu, pues el Espíritu lo examina todo, hasta las profundidades de Dios.” (1ª Corintios 2: 9, 10). Orar en el Espíritu, guiados por Él, nos lleva a usar tanto la mente como el espíritu unidos en sujeción al Espíritu de Dios para saber cómo orar, porque sólo Él conoce la mente de Dios y está dispuesto a ayudarnos si le pedimos. Recurre a Él por ayuda en todo momento pidiéndole que Él te guíe para saber cómo oarar.

sábado, 5 de septiembre de 2009

¿ENTRETENIMIENTO NOCIVO?

¿ENTRETENIMIENTO NOCIVO?
"Amarás al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza. "Estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón. "Las enseñarás diligentemente a tus hijos, y hablarás de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. "Las atarás como una señal a tu mano, y serán por insignias entre tus ojos. "Las escribirás en los postes de tu casa y en tus puertas.”
(Deuteronomio 6: 5 -9)
Estamos viviendo en una época donde la televisión, el Internet y toda clase de juegos electrónicos están sustituyendo la comunicación entre padres e hijos, a tal punto que la niñera de la casa se llama “Doña Tele”; ella también es la educadora tanto de pequeños como de grandes y parece que a todos los tiene embobadamente contentos; están tan absortos a la pantalla que el tiempo para disfrutar en familia y con la familia se ha perdido porque se disfruta de un aparato que nos dice lo que quiere, como quiere y a la hora que quiere; entonces nosotros nos acomodamos a su estilo y horario, llegando a ser dependientes de un artefacto electrónico. ¡Vaya siglo XXI! ¡Esto sí que es progreso! La tecnología nos tiene atrapados.

Frente a este ataque tecnológico a través de las ondas comunicativas o televisivas, llámese como se llame, nos vemos invadidos en nuestra propia recámara privada y no porque la tecnología así lo quiera, sino porque estamos siendo absorbidos por toda la novedad del cambio y quiérase o no, nos estamos volviendo adictos a todo lo que se nos ofrece como novedoso. Si bien estos adelantos nos ayudan en gran manera, e inclusive para que podamos impartir a todo el orbe lo que sentimos, sabemos o entendemos, por otro lado, nos consume mucho tiempo, y esto parece irónico, pues debería acortarnos el tiempo de trabajo, sin embargo, como existe tanta información de toda índole, nos vemos inmersos en la búsqueda de cosas que no son nuestra prioridad; y por otra parte están los bombardeos de otra información que captura no sólo la vista o los ojos, sino la mente, y lo triste es que mucha de esa información es malsana.

¿Cómo detener el embate de tanta basura por televisión, Internet y otros? Te podría decir muchas cosas como:
· Imparte en tu hijo/a principios sólidos basados en la única verdad absoluta, la verdad de Dios;
· Vive conforme a lo que enseñas para que vean en ti valores absolutos;
· Comunícate con ellos y exhórtalos con amor;
· Dedica mucho tiempo de calidad con ellos, empieza a volverte niño o joven, es decir empieza a crecer con ellos; ten mucho sentido de humor, juégate algunos chistes agradables con ellos y ríe, diviértete.
· Pero por sobre todas las cosas no dejes de mostrarles quién es Dios, que tu vida refleje al Padre Celestial. Háblales de las maravillas y del amor de Dios, pero no seas adusto al hacerlo, hazlo con pasión, contamínalos de esa pasión, que ellos vean que sobre todas las cosas amas a Dios con integridad de corazón.

Ahora bien, lo más nocivo en toda la información que recibimos y en la cual dedicamos nuestro tiempo, no es aquella que se muestra abiertamente como dañina, porque estando advertidos, podemos evitarla, sino aquella que es buena, pero que tiene la cualidad de tomar control de nuestro tiempo, a tal grado que ya no podemos comunicarnos con nuestro Padre Celestial. La gente dice: “Y qué de malo tiene”; pues nada y todo; puede ser un entretenimiento sano, por ejemplo un juego interesante que no tiene nada de violencia o sensualidad, si es que lo hay, pero que consume gran parte de tu tiempo y vives para ello. Esto llega a resultar tan nocivo como las telenovelas. Si ya no tienes tiempo para buscar a Dios leyendo Su Palabra, orando a solas, alabando, adorando, entonces estás en un estado crítico, cualquier momento puedes entrar en un “coma espiritual” y hasta morir. ¿Perderás tu salvación? No lo sé, sólo Dios lo sabe; pero sí sé que vas a rendir cuentas a Dios por todo el tiempo que Él te dio y que tú lo derrochaste.

“Ninguna cosa creada escapa a la vista de Dios. Todo está al descubierto, expuesto a los ojos de aquel a quien hemos de rendir cuentas.” (Hebreos 4: 13 NVI)
“Así que cada uno de nosotros tendrá que dar cuentas de sí a Dios.” (Romanos 14: 12 NVI)
“Pero todo lo que la luz pone al descubierto se hace visible, porque la luz es lo que hace que todo sea visible. Por eso se dice: "Despiértate, tú que duermes, levántate de entre los muertos, y te alumbrará Cristo." Así que tengan cuidado de su manera de vivir. No vivan como necios sino como sabios, aprovechando al máximo cada momento oportuno, porque los días son malos. Por tanto, no sean insensatos, sino entiendan cuál es la voluntad del Señor.” (Ef 5: 13-16NVI).
Uno de los dones más grandiosos que Dios nos dio, después de la vida, es el tiempo; y el uso que hagamos de él depende de nuestra decisión, pero sea cual sea el uso que le demos, vamos a rendir cuentas a Dios. Por tanto te insto a que vivas sabiamente, pídele a Dios que te dé sabiduría para usar tu tiempo correcta y debidamente, dedicándolo a la extensión del Reino y cuidándote de no consumir tu tiempo en entretenimientos buenos, pero que se vuelven nocivos porque te restan tiempo con Dios. El tiempo que tenemos aquí en la tierra es para cumplir el propósito de Dios. Cada segundo cuenta, y por cada segundo derrochado vamos a rendir cuentas.

lunes, 31 de agosto de 2009

IDENTIFICANDO AL ENEMIGO

IDENTIFICANDO AL ENEMIGO
"Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales."
(Efesios 6: 12 NVI)
La prioridad del diablo no es la persona como tal, sino deshacer el propósito que Dios ya ha determinado para ella y de ese modo apagar la luz de Dios en la persona. Esto lo hace colocando duda en la mente y haciendo que la persona deje de creer lo que Dios ha dicho y crea lo que Satanás está insinuando. Además de otras tácticas que usa con mentiras y engaños, también se esconde detrás de las personas a quienes controla y empieza a dañar a los hijos de Dios, entonces si no estamos apercibidos, vamos a reaccionar contra la persona que aparentemente nos daña y de este modo caemos en la trampa del enemigo. El diablo quiere que reaccionemos contra las personas con enojo, venganza, odio, murmuración y todo aquello en lo cual él es experto, para que nos salgamos de la cobertura de Dios y entremos en su territorio (del diablo) totalmente desarmados y seamos presa fácil para él y sus secuaces. Sin embargo, los hijos de Dios que tenemos entendimiento no vamos a usar las armas del diablo, sino que, en todo momento, usaremos las armas del Dios Todopoderoso.
"Por último, fortalézcanse con el gran poder del Señor. Pónganse toda la armadura de Dios para que puedan hacer frente a las artimañas del diablo. Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales. Por lo tanto, pónganse toda la armadura de Dios, para que cuando llegue el día malo puedan resistir hasta el fin con firmeza. Manténganse firmes, ceñidos con el cinturón de la verdad, protegidos por la coraza de justicia, y calzados con la disposición de proclamar el evangelio de la paz. Además de todo esto, tomen el escudo de la fe, con el cual pueden apagar todas las flechas encendidas del maligno. Tomen el casco de la salvación y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios. Oren en el Espíritu en todo momento, con peticiones y ruegos. Manténganse alerta y perseveren en oración por todos los santos." (Efesios 6: 10 -18 NVI)

Nos encontramos en el lugar que estamos ahora con un propósito, y muchas veces el diablo sabe mejor que nosotros cuál es nuestro propósito, por eso él trata de destruirlo antes que empecemos a hacer lo que Dios ha determinado en nuestras vidas. Dios quiere que manifestemos Su luz donde quiera que estemos. “Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse. Ni se enciende una lámpara para cubrirla con un cajón. Por el contrario, se pone en la repisa para que alumbre a todos los que están en la casa. Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo.” (Mateo 5: 14 -16). Cuando la gente ve nuestras buenas obras realizadas por amor, lo cual nos hace amar, perdonar y bendecir a los que nos dañan, entonces empiezan a glorificar a Dios. Amar, perdonar y bendecir son armas poderosas para vencer al diablo, esto lo enfurece porque él nada puede hacer contra el amor. Si nos mantenemos en amor con una actitud de perdón y bendición nos fortalecemos en el Señor y nuestra luz empieza a irradiar de tal forma que las tinieblas tienen que huir.

Cuando descubrimos quiénes somos en Cristo nuestra forma de ver los problemas empiezan a cambiar porque entendemos que la lucha no es en nuestras fuerzas, si bien muchas veces el enemigo nos ha hecho salir del alineamiento con el Espíritu de Dios y hemos caído en enojo, frustración, depresión, etc., esto no significa que nos vamos a quedar así. Jesús dijo: “Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.” (Juan 16: 33 NVI). Entrar a la vida de la fe, al reino de Dios no significa que todo será color de rosas, mas al contrario, pareciera que todo el infierno se viene contra nosotros y decimos y ahora, “¿quién podrá defenderme?”. El que venció a Satanás, está con nosotros a través del Espíritu Santo y aunque vengan los problemas y las aflicciones nuestra mirada estará puesta en Aquél que es Mayor que el que está detrás de todo este sistema mundial; no hay fuerza capaz de resistir al Espíritu de Dios que vive en nosotros; sin embargo, no siempre dejamos que Él actúe, sino que pretendemos arreglar las cosas a nuestra manera y es ahí donde el enemigo hace escarnio de nosotros. Por eso Pablo nos dice que nos fortalezcamos en el gran poder de Dios y esto se debe hacer diariamente, alineando nuestro espíritu al Espíritu Santo de Dios y nuestra alma a nuestro espíritu para que empecemos a traer el reino de Dios a nuestras vidas haciendo Su voluntad y descansando en Él, afirmados en Su palabra, siempre en guardia, orando no sólo por nosotros, sino también por los demás hijos de Dios para que sean fortalecidos. Estamos en guerra, por eso debemos ponernos toda la armadura de Dios y no dejar ninguna parte de nuestro ser a expensas del enemigo y sobre todo, cubrámonos con el manto del amor de Dios sobre nuestras vidas, ese amor que será capaz de decir: perdona Señor, a la persona que me hace daño, porque ella no sabe lo que hace y no le tomes en cuenta este pecado. Amén

sábado, 22 de agosto de 2009

DIOS TE LLAMÓ PARA QUE SEAS CABEZA



DIOS TE LLAMÓ PARA QUE SEAS CABEZA Y NO COLA

"El Señor te pondrá a la cabeza, nunca en la cola. Siempre estarás en la cima, nunca en el fondo, con tal de que prestes atención a los mandamientos del Señor tu Dios que hoy te mando, y los obedezcas con cuidado." (Deuteronomio 28: 13NVI)
En tus manos está llegar a ser cabeza donde te encuentres, porque tu destino está trazado para eso. Tus éxitos o tus fracasos no determinarán a dónde llegarás, sino tu actitud frente a las circunstancias, ya sean de éxito o de fracaso. Tus actitudes frente a la vida te colocan en el lugar donde te encuentras. No cuentan tus habilidades y talentos, aunque pueden ayudarte mucho, tampoco el dinero, profesión o posición social; lo único que cuenta es cómo reaccionas frente a las circunstancias. El éxito te puede echar a perder si te inflas demasiado y te vuelves petulante y prepotente; y el fracaso puede hundirte hasta el extremo de creer que no sirves para nada. ¿Cuál es tu actitud frente a las circunstancias?

En la Biblia encontramos a un personaje llamado José que fue criado con mucho cariño hasta los diecisiete años, edad en la que sus hermanos lo vendieron como esclavo a unos ismaelitas, quienes a su vez lo vendieron en Egipto a un hombre llamado Potifar. En la casa de este varón ascendió rápidamente. En Génesis 39:2-4 (NBLH) dice: “Pero el SEÑOR estaba con José, que llegó a ser un hombre próspero, y vivía en la casa de su amo el Egipcio. Vio su amo que el SEÑOR estaba con él y que el SEÑOR hacía prosperar en su mano todo lo que él hacía. Así José halló gracia ante sus ojos y llegó a ser su siervo personal, lo hizo mayordomo sobre su casa y entregó en su mano todo lo que poseía.” Siendo esclavo, José fue próspero y llegó a ser el principal en la casa de su amo, fue cabeza de los empleados. ¿Cuál es el secreto? Podrás decir: _Claro, es porque Dios estaba con él. Tienes toda la razón, pero ¿por qué Dios estaba con José? Si leemos toda la historia vamos a encontrar que José en ningún momento se quejó de lo que le pasaba, él no culpó a Dios, ni siquiera a sus hermanos; es más veamos qué les dice a ellos:
“Ahora pues, no se entristezcan ni les pese el haberme vendido aquí. Pues para preservar vidas me envió Dios delante de ustedes. “Porque en estos dos años ha habido hambre en la tierra y todavía quedan otros cinco años en los cuales no habrá ni siembra ni siega. “Dios me envió delante de ustedes para preservarles un remanente en la tierra, y para guardarlos con vida mediante una gran liberación. “Ahora pues, no fueron ustedes los que me enviaron aquí, sino Dios. El me ha puesto por padre de Faraón y señor de toda su casa y gobernador sobre toda la tierra de Egipto. “Dense prisa y suban adonde mi padre, y díganle: ‘Así dice tu hijo José: “Dios me ha hecho señor de todo Egipto. Ven a mí, no te demores. “Y habitarás en la tierra de Gosén, y estarás cerca de mí, tú y tus hijos y los hijos de tus hijos, tus ovejas y tus vacas y todo lo que tienes. “Allí proveeré también para ti, pues aún quedan cinco años de hambre, para que no caigas en la miseria tú, ni tu casa y todo lo que tienes.” (Génesis 45: 5-10NBLH)
No había amargura, ni dolor en sus palabras porque José supo manejar la situación por muy adversa que fue para él. Se esforzó para hacer lo mejor para su amo y aun estando en la cárcel injustamente, fue de consuelo para los presos y llegó también a ocupar el primer lugar. No se concentró en la injusticia y en preguntarse porqué le pasaba esto a él. No pensó en que habían mellado su dignidad y como persona no lo respetaron, ni que fue humillado y bla, bla, bla, quejas y quejas. José dio lo mejor de sí a donde lo llevaron, y no fueron los mejores lugares; pero después de muchos años le llegó la cosecha de su siembra, fue ascendido como el principal después de Faraón en todo Egipto. Dios estaba con José y estará con aquellos que siempre den lo mejor de sí a pesar de las circunstancias.

Dios levantará a quienes como José, no guarden amargura en sus corazones, ni resentimientos, ni paguen con indiferencia o desprecio a quienes no lo respetan, ni honran. José se ganó el respeto y la honra, aunque también hubo personas, como sus hermanos, que no lo respetaron cuando él era sólo un jovenzuelo, pero él no se enfadó con ellos, los amó y les dio muestra de amor. Besó y consoló a sus hermanos. "Y besó a todos sus hermanos, y lloró sobre ellos. Después sus hermanos hablaron con él." (Génesis 45: 15). José, el menospreciado, el traicionado, besó a sus hermanos. No dijo: _ Ahora me van a conocer, les voy hacer pagar por todos los años que yo sufrí porque me faltaron el respeto y me humillaron. José era sabio y lleno de bondad. No hubo enfado en él. Cuántas veces los hijos hacen renegar por su falta de respeto y los padres que no son sabios le muestran su indignación por varios días sin dirigirles la palabra para que el niño/a vea cuánto lo lastimó, o para que de esa forma se dé cuenta de su falta de respeto. Esto no soluciona nada, más bien agrava la situación y crea un abismo profundo entre padres e hijos. A veces los cónyuges poco sabios también toman esa actitud. José, con su perdón, bondad y con la demostración de amor hacia sus hermanos no permitió que se abriera un precipicio entre ellos, sino que los unió a todos y los atrajo hacia sí. ¡Los besó! Lo que menos se quiere hacer cuando se nos falta el respeto es besar a los irrespetuosos o demostrarles que a pesar de lo que hagan, los queremos; y que no asociamos sus faltas con su identidad. Recuerda que la persona noble no alberga venganza en su corazón.
Si quieres llegar a la cima y ser cabeza y no cola, aprende de José:
· No te auto compadezcas ni guardes resentimiento, amargura o falta de perdón
· Ama a pesar de lo que te hagan y demuéstrales que los amas
· Da lo mejor de ti en todo momento y situación, ya sea como siervo o como señor
· No te detengas a mirar tus circunstancias, sean buenas o malas. Sigue dando lo mejor
· Nunca te quejes o lamentes por lo que te pasa. Alaba a Dios a pesar de las circunstancias

lunes, 17 de agosto de 2009

¿QUÉ HACER CUANDO TODO PARECE DIFÍCIL?

¿QUÉ HACER CUANDO TODO PARECE DIFÍCIL?
"Como a medianoche, Pablo y Silas oraban y cantaban himnos a Dios, y los presos los escuchaban. De repente se produjo un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel fueron sacudidos; al instante se abrieron todas las puertas y las cadenas de todos se soltaron."
(Hechos 16: 25, 26)
Cuando parece que todo está muy oscuro y que nos encontramos en lo más profundo de una celda, ¿cuál debe ser nuestra actitud? Si lees Hechos 16: 16 – 40, verás que Pablo y Silas fueron azotados con varas y por supuesto que estaban con heridas y muy adoloridos, tanto física como emocionalmente, porque se los había castigado injustamente, y eso duele, ¿verdad? “La multitud se levantó a una contra ellos, y los magistrados superiores, rasgándoles sus ropas, ordenaron que los azotaran con varas. Y después de darles muchos azotes, los echaron en la cárcel, ordenando al carcelero que los guardara con seguridad; el cual, habiendo recibido esa orden, los echó en el calabozo interior y les aseguró los pies en el cepo.” (Hechos 16: 22-24). La situación de estos dos hombres era terrible, lo menos que ellos podían hacer humanamente era quejarse y lamentar su situación; sin embargo, ellos hicieron algo muy contrario a toda lógica humana, se pusieron a orar y cantar a Dios con todas sus fuerzas y era “media noche”. Por supuesto que los presos se despertaron y fue mejor que se hayan despertado con los cánticos que con lo que vino después.
Pablo y Silas fueron castigados por seguir a Dios, entonces ¿por qué no se enojaron contra Dios? Porque lo que Satanás justamente quería era que ellos tengan una actitud de rabia y enfado contra Dios, pero ellos, como fieles seguidores del Dios Altísimo, estaban dichosos de sufrir por Él, porque sabían que si Le adoraban a pesar de las circunstancias, que no eran nada buenas, Dios se encargaría de liberarlos y les haría justicia. Y así fue. Veamos qué pasó: Era como media noche. ¿Qué nos sugiere esto? Que la oscuridad reinaba alrededor. No había posibilidad de salir de la cárcel a donde fueron echados. Sus pies estaban sujetos al cepo. Humanamente no tenían escapatoria. Pero ellos ya no pensaban como cualquier humano, ellos tenían la mente de Cristo y sabían qué hacer ante esta terrible circunstancia. No se centraron en su dolor, no miraron las circunstancias, sólo miraron a Aquél que es más grande que cualquier incidente pasajero; se centraron en Jesucristo y empezaron a glorificarle. No es fácil hacerlo en medio de una situación de esa naturaleza, pero ellos se atrevieron y el resultado fue sorprendente. “De repente se produjo un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel fueron sacudidos; al instante se abrieron todas las puertas y las cadenas de todos se soltaron.”

El poder de Dios actuó en un “de repente”. Ellos no imaginaban lo que Dios iba a hacer, tan sólo dejaron que Él actúe, no se interpusieron con lamentos o quejas, o preguntando por qué les pasaba esto; sino que se regocijaron en el Señor y le adoraron. La adoración hace estremecer los cimientos, abrir los cerrojos de hierro, soltar las cadenas y hace caer rendido al verdugo; porque cuando adoramos estamos reconociendo quién es nuestro Dios y nos sujetamos a Su voluntad a pesar de no entender qué está pasando. Dios tenía un propósito grande al llevarlos a la cárcel. Te preguntarás y ¿no podría haberlo hecho de otra forma menos dolorosa? Claro que sí. Dios no los mandó golpear, fue el diablo y sus secuaces que indujeron a las personas a hacerlo; pero ellos no contaban con el plan de Dios. Estos malvados quisieron hacer callar a Pablo y Silas; sin embargo Dios usó este acontecimiento para demostrar Su gloria y poder y para salvar no sólo al carcelero y su familia, sino también a los presos y a las personas de ese lugar, porque con tremendo incidente yo creo que ellos fueron impactados, porque la gloria de Dios se manifestó y cuando la gloria de Dios se manifiesta, hay transformación.

Muchos vamos a tener una “media noche” en nuestra propia cárcel del alma, cuando todo parece difícil y sin salida, entonces lo único que nos queda es adorar a Dios, porque cuando adoramos atraemos la gloria de Dios y ésta se hace visible, irrumpe en el lugar de adoración, desbarata las estructuras que se establecieron en la mente, liberta a los prisioneros del alma, sacude nuestro fuero interno y ya no podemos permanecer preocupados porque Su presencia lo llena todo, entonces nos rendimos a Dios quien es el único digno de adoración y alabamos, juntamente con todos los seres del universo, al único que es digno de toda la gloria y alabanza: “Y también oí decir a todos los seres del universo: “¡Que todos alaben al que está sentado en el trono, y también al Corder0! Que lo llamen maravilloso, y por siempre admiren su poder”. (Apocalipsis 4: 13 BLS). El poder de Dios es siempre más grande que cualquier otro poder. Alaba y glorifica a Dios porque sólo Él es digno de suprema alabanza, porque nadie puede hacer las obras portentosas que Él hizo, nadie puede darte la salvación y vida eterna que sólo Jesús, con Su sacrificio en la cruz, te pudo dar y verás cómo Dios te liberta. Adora a Dios aunque todo parezca difícil.

miércoles, 12 de agosto de 2009

DIOS ESTÁ BUSCANDO DOS COSAS

DIOS ESTÁ BUSCANDO DOS COSAS
"Busqué entre ellos un hombre que levantara una muralla y que se pusiera en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyera; pero no lo hallé." (Ezequiel 22: 30 RV 95)
"Pero la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque también el Padre tales adoradores busca que lo adoren." (Juan 4: 23 RV 95)
Desde que nacemos a la vida de la fe hasta que dejamos este mundo, los hijos/as de Dios estamos en una guerra constante contra Satanás y sus demonios; no hay tregua. Esta guerra es porque el diablo quiere ser adorado y no escatima esfuerzo para lograrlo. El apóstol Pablo nos exhorta a orar todo el tiempo y a tomar toda la armadura de Dios para la batalla. A pesar que Satanás ya ha sido derrotado en la cruz del Calvario, tiene todavía un ejército de guerrilleros demoníacos que están al acecho buscando el momento de descuido de los hijos de Dios para atacarlos. Las tinieblas arremeten contra la luz y cuando las tinieblas avanzan, Dios mira desde los cielos y busca para ver si hay alguien que esté clamando a Dios por la tierra donde vive, por su ciudad o país; porque cuando la maldad se acrecienta, debido a que los hijos de Dios no se manifiestan, entonces Dios tiene que actuar y manda juicio sobre ese lugar, pero si encuentra a una sola persona clamando a favor de su país o ciudad, Dios interviene y se levanta para destruir los planes del enemigo.

Dios está buscando a los/as valientes que se interpongan a favor de su país, que clamen por su nación de día y noche, que se pongan delante de Dios clamando por misericordia y que la luz y la verdad envuelvan su patria para que el Reino de Dios se establezca en cada nación.

Que se levanten oh Dios esos hombres y mujeres valientes y den la cara por Bolivia en reverente clamor. Padre, ya no podemos estar callados, vemos maldad por doquier. Actúa oh Dios en favor de tu pueblo. Revélate a cada hijo tuyo, que el temor a Ti llene nuestras vidas para que vivamos en santidad y pureza, que tu amor nos una y tu verdad nos alimente, para que el fuego de tu Espíritu queme toda escoria en nuestro ser. Sea la luz de Dios sobre nosotros y alumbre nuestras vidas, que tu luz brille y sean disipadas las tinieblas. Que tu pueblo se levante a una sola voz y declare: Jesucristo es el Señor sobre Bolivia. Tú eres el único Señor. A ti clamo y Tú me respondes. Que retrocedan las tinieblas porque Jesucristo ha tomado a Bolivia en Sus manos. Ha escuchado el clamor de sus hijos y actuará. Gracias Dios por Tu salvación y tu paz. Aviva nuestros corazones y manifiesta Tu gloria. Avívanos Señor.Venga tu Reino sobre nuestra nación, hágase Tu voluntad en esta tierra, establece Tus diseños en nuestra Patria y vivifícanos por amor de Tu nombre. Amén.

Dios está buscando intercesores para que Él pueda actuar a favor de Su pueblo o de las personas. Los intercesores tocan el corazón de Dios. También Dios está buscando adoradores, hijos de Dios que anhelen estar en la presencia del Señor continuamente. Los adoradores abren las puertas al corazón de Dios y entran para refugiarse y gozarse en Él. La adoración nos lleva a interceder y la intercesión nos lleva a adorar. Estas son dos armas poderosas para derrotar al enemigo. En la intercesión nos ponemos a favor de alguien o de muchos y por la adoración los introducimos al trono de Dios, porque tomamos con la intercesión el lugar de la persona, o personas; y mientras intercedemos y adoramos nos introducimos a la presencia de Dios juntamente con aquellos por quienes estamos intercediendo.

"Después de la muerte de Josué, los israelitas le preguntaron al Señor: ¿Quién de nosotros será el primero en subir y pelear contra los cananeos? El Señor respondió: Judá será el primero en subir, puesto que ya le he entregado el país en sus manos. Entonces los de la tribu de Judá dijeron a sus hermanos de la tribu de Simeón: "Suban con nosotros al territorio que nos ha tocado, y pelearemos contra los cananeos; después nosotros iremos con ustedes al territorio que les tocó." Y los de la tribu de Simeón los acompañaron. Cuando Judá atacó, el Señor entregó en sus manos a los cananeos y a los ferezeos. En Bézec derrotaron a diez mil hombres." (Jueces 1: 1-5) Judá significa “alabanza” (Génesis 29: 35) y Simeón significa “Dios oye” (Génesis 29: 33). Dios ya había entregado el territorio en manos de Su pueblo, entonces ellos consultaron al Señor para saber quién subiría primero contra los enemigos y Dios contestó: Alabanza irá primero. Adoración y alabanza toman posesión de las promesas y juntamente con la intercesión (Dios oye) traen la victoria. Los adoradores e intercesores (Judá y Simeón) extienden el Reino de Dios y destruyen las tinieblas.

"Al día siguiente, madrugaron y fueron al desierto de Tecoa. Mientras avanzaban, Josafat se detuvo y dijo: "Habitantes de Judá y de Jerusalén, escúchenme: ¡Confíen en el Señor, y serán librados! ¡Confíen en sus profetas, y tendrán éxito!"Después de consultar con el pueblo, Josafat designó a los que irían al frente del ejército para cantar al Señor y alabar el esplendor de su santidad con el cántico: "Den gracias al Señor; su gran amor perdura para siempre." Tan pronto como empezaron a entonar este cántico de alabanza, el Señor puso emboscadas contra los amonitas, los moabitas y los del monte de Seír que habían venido contra Judá, y los derrotó. Cuando los hombres de Judá llegaron a la torre del desierto para ver el gran ejército enemigo, no vieron sino los cadáveres que yacían en tierra. ¡Ninguno había escapado con vida!" (2º Crónicas 20:20- 22, 24) Dios nos ha dado el recurso de la adoración para derrotar a los enemigos y la intercesión para arrebatar a los que el diablo tiene cautivos. El salmo 149 nos muestra el efecto y poder de la alabanza. La adoración e intercesión son armas de guerra que todo cristiano debe aprender a usar para derrotar inclusive al más fiero enemigo. El diablo tiembla cuando un intercesor y adorador se pone en acción porque Dios se dispone a actuar. Adora al Dios Todopoderoso e intercede por tu país y verás cómo las tinieblas huyen.

domingo, 9 de agosto de 2009

DIOS ESTÁ EN TI ¡GÓZATE!

DIOS ESTÁ EN TI ¡GÓZATE!
“David iba vestido con un efod de lino, y danzaba con todas sus fuerzas, y tanto él como todos los israelitas llevaban el arca del Señor entre gritos de alegría y toque de trompetas.”
(2º Samuel 6: 14,15).
En el Antiguo Testamento, el Arca del Señor simbolizaba la presencia de Dios. Después de muchos años que el Arca estuvo olvidada, David preparó un lugar para el Arca y la llevó allí entre expresiones de júbilo y gran gozo. David entendía lo que significaba tener cerca la presencia de Dios. Lo maravilloso de este tiempo de abundante gracia es que la presencia de Dios está en medio de nosotros sus hijos, está en nuestro corazón, allí está el Arca del Dios vivo, sin cortinas intermedias que ocultan Su presencia. El Arca de Dios está en ti y en mí y ese gozo que invadió a David al llevar el Arca del Pacto hasta la morada que él le preparó, debe invadirnos a nosotros todo el tiempo y aún más, porque la Presencia de Dios habita en nosotros.

“Estén siempre gozosos” (1ª Tesalonicenses 5:16) El gozo es la complacencia de poseer algo muy valioso; y nosotros tenemos lo incomparablemente más valioso que todas las posesiones que el mundo nos pueda ofrecer; tenemos a Jesucristo, por eso Pablo nos exhorta a mantenernos siempre con gozo. El gozo debe ser la característica número uno de todo cristiano. En Filipenses 4: 4, Pablo nos dice que “nos regocijemos en el Señor siempre y repite: Otra vez digo: Regocijaos.” La Biblia está saturada de las palabras gozo, alegría, júbilo, etc., porque nuestro Dios es un Dios de gozo, es un Dios gozoso, Él es todo gozo. Si entramos en Él, nuestro ser debe estar invadido por Su gozo. Lo primero que el diablo quiere hacer es quitarnos el gozo y hundirnos en la tristeza y la depresión, pero no se lo vamos a permitir, "porque el gozo del Señor es nuestra fortaleza" (Nehemías 8: 10).

“El reino de Dios es justicia, paz y gozo por el Espíritu Santo” (Romanos 15: 17). Cuando entramos en el Reino de Dios, entramos a Su justicia, Su paz y Su gozo, porque entramos en Cristo. El Arca es símbolo de salvación. Noé fue salvo en un arca con toda su familia. Cristo es nuestra Arca; en Él somos salvos por la sangre del nuevo pacto derramada en la cruz del Calvario, esta sangre nos envuelve como un manto protector y se extiende a nuestras generaciones. El Arca es salvación para nosotros y los nuestros hasta mil generaciones. Después que David llevó el Arca a Su lugar, entonó un hermoso salmo (1º Crónicas 16: 7 -36) y declaró en el versículo 15-17 (Septuaginta) lo siguiente: “Rememorar por siempre su pacto —su palabra que mandó— por mil generaciones; el que pactó con Abraham; y su juramento a Isaac; y que constituyó a Jacob en precepto; a Israel el pacto sempiterno” Lo que fue dado en lo físico y natural a Israel, a nosotros se nos concede en lo espiritual, porque hemos entrado en Cristo a heredar las promesas. El gozo permite que nuestra fe se mantenga viva y nuestros ojos espirituales vean el alcance de las bendiciones del Señor.

“Por esta razón me arrodillo delante del Padre, de quien recibe nombre toda familia en el cielo y en la tierra. Le pido que, por medio del Espíritu y con el poder que procede de sus gloriosas riquezas, los fortalezca a ustedes en lo íntimo de su ser, para que por fe Cristo habite en sus corazones. Y pido que, arraigados y cimentados en amor, puedan comprender, junto con todos los santos, cuán ancho y largo, alto y profundo es el amor de Cristo; en fin, que conozcan ese amor que sobrepasa nuestro conocimiento, para que sean llenos de la plenitud de Dios. Al que puede hacer muchísimo más que todo lo que podamos imaginarnos o pedir, por el poder que obra eficazmente en nosotros, ¡a él sea la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos! Amén.” (Efesios 3: 14 -21 NVI) El gozo del Señor nos fortalece (Nehemías 8: 10) porque hace que Cristo habite en nosotros de forma continua. El gozo del Señor no permite la entrada al enemigo, este gozo se convierte en nuestra inexpugnable (infranqueable, invencible) fortaleza, por tanto debemos gozarnos siempre para mantener al enemigo alejado. El gozo está unido a la alabanza y la adoración, porque “no puede estar triste el corazón que alaba a Cristo”

“¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor! Canten al Señor un cántico nuevo, alábenlo en la comunidad de los fieles. Que se alegre Israel por su creador; que se regocijen los hijos de Sión por su rey. Que alaben su nombre con danzas; que le canten salmos al son de la lira y el pandero. Porque el Señor se complace en su pueblo; a los humildes concede el honor de la victoria. Que se alegren los fieles por su triunfo; que aun en sus camas griten de júbilo. Que broten de su garganta alabanzas a Dios, y haya en sus manos una espada de dos filos para que tomen venganza de las naciones y castiguen a los pueblos; para que sujeten a sus reyes con cadenas, a sus nobles con grilletes de hierro; para que se cumpla en ellos la sentencia escrita. ¡Ésta será la gloria de todos sus fieles! ¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor!” (Salmo 149 NVI)
El gozo y la alabanza doblegan el poder del enemigo y lo aprisionan. Por medio del gozo podemos destruir a nuestros enemigos espirituales que quieren aprisionar nuestra alma. Así que, gocémonos siempre en el Señor y el enemigo permanecerá bajo nuestros pies. ¡Aleluya! Nos gozamos de ser hijos de Dios.