DIOS QUIERE QUE SUS SUEÑOS SE HAGAN REALIDAD EN TI
“Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía; pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le obligase a contaminarse.” (Daniel 1:8) Este año, 2009, tú puedes hacer que los sueños de Dios se vuelvan realidad en tu vida. ¿Acaso depende de la persona? ¿No depende de Dios? Aunque Daniel nunca soñó estar en el palacio de Nabucodonosor, de pronto se vio allí. Ante él estaba una realidad nunca soñada, él vio de cerca las costumbres de los babilonios e hizo algo que cuando cualquier hijo de Dios lo hace, recibe el respaldo del Espíritu Santo. Lo que Daniel veía frente a él, era como una pesadilla, pero él propuso en su corazón no contaminarse. Esta decisión firme hizo que Dios le pusiera en gracia y en buena voluntad con el jefe de los eunucos y la pesadilla se transformó en una hermosa realidad. Daniel y sus compañeros fueron diez veces más sabios que los sabios de Babilonia, solamente porque él propuso hacer algo a favor de la justicia de Dios. Debido a esa osada decisión de Daniel, él pudo vencer a los leones y a fuerzas espirituales poderosas, porque unió cielo y tierra cuando decidió hacer la voluntad de Dios en el reino más pagano de la historia.
En el Padre Nuestro, Cristo nos muestra el secreto de hacer realidad Los sueños de Dios. “Hágase tu voluntad en la tierra, así como se hace en el cielo.” ¿Cuál es a voluntad de Dios? “Escuché entonces a todos los seres en el cielo, en la tierra, debajo de ella y en el mar, que decían: "¡Toda la alabanza, el honor, la gloria y el poder sean para el que está sentado en el trono y para el Cordero por siempre! "Las cuatro criaturas respondían: "¡Así sea!", y los ancianos se arrodillaban y adoraban.” (Apocalipsis 5:13, 14). (Puedes leer también Apocalipsis 4:8-11: 5:8-12). La adoración es lo que se hace en el cielo todo el tiempo, sin cesar, porque nadie puede estar delante de Él y no adorarle. Hemos sido creados para publicar las alabanzas de Dios. (Isaías 43: 21) La alabanza y la adoración unen el cielo y la tierra. Al hacer la voluntad de Dios unimos cielo y tierra, entonces los sueños de Dios entran a ser nuestros sueños. Notemos algo muy importante en el Padre Nuestro. Cristo glorifica al Padre primero y luego pide que Su Reino venga. Hemos visto que el Reino y el Rey son una Persona, Jesucristo. Cuando Cristo viene a nuestro corazón, el hacer la voluntad de Dios debe ser nuestra prioridad, entonces vamos a poder andar en acuerdo con el Rey Jesús. Él dijo que Él y Su Padre eran uno y Su deseo para nosotros es que seamos uno con Él, acomodando nuestros sueños a los de Dios, soñando los sueños de Dios.
“¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?” (Amós 3:3) ¿Podemos andar en acuerdo con Dios si no hacemos Su voluntad? ¿Podemos ser uno con Él haciendo nuestra propia voluntad? ¿Podemos soñar Sus sueños si no amamos Su Presencia? “En total, Enoc vivió trescientos sesenta y cinco años, y como anduvo fielmente con Dios, un día desapareció porque Dios se lo llevó.” (Génesis 5: 21-22) Enoc vivió 365 años en fidelidad a Dios. No es una casualidad el número de años que vivió Enoc. 365 días tiene un año y Dios quiere que cada día del año vivamos haciendo Su voluntad, caminando junto a Él, entonces nos pasará lo que le pasó a Enoc, seremos arrebatados, porque aquí en la tierra hicimos la voluntad de Dios y Su sueño se hará realidad, estaremos siempre con Él.
¿Acaso no basta con recibir a Jesús en el corazón? Veamos qué dice el mismo Jesús. "No todo el que me dice: 'Señor, Señor', entrará en el reino de los cielos, sino sólo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo. Muchos me dirán en aquel día: 'Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios e hicimos muchos milagros?' Entonces les diré claramente: 'Jamás los conocí. ¡Aléjense de mí, hacedores de maldad!' "Por tanto, todo el que me oye estas palabras y las pone en práctica es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca. Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron los vientos y azotaron aquella casa; con todo, la casa no se derrumbó porque estaba cimentada sobre la roca. (La Roca es Cristo) Pero todo el que me oye estas palabras y no las pone en práctica es como un hombre insensato que construyó su casa sobre la arena. Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron los vientos y azotaron aquella casa, y ésta se derrumbó, y grande fue su ruina." (Mateo 7: 21- 28). El hacer la voluntad de Dios nos hace ser reyes y sacerdotes de Dios. El rey tiene autoridad porque se sujeta a la autoridad del Rey de reyes. El sacerdote se conecta íntimamente con Dios, adora; entra al Santísimo todo el tiempo. Busca la Presencia de Dios. No se entretiene haciendo sólo obras. Hace obras y está en perfecta comunión con Dios. Es un adorador.
¿Hasta cuándo, ignorantes, seguirán amando la torpeza? ¿Hasta cuándo los burlones seguirán felices de hacer tonterías? ¿Hasta cuándo los brutos seguirán odiando el saber? Hagan caso a mi corrección, y yo derramaré mi espíritu sobre ustedes; les daré a conocer mis pensamientos. Yo los llamé, pero ustedes no me atendieron; les ofrecí mi mano, pero no me hicieron caso. Ustedes rechazaron mis consejos, se negaron a aceptar mi corrección. Por eso también yo me reiré de ustedes cuando les lleguen las dificultades; disfrutaré viéndolos todos atemorizados, cuando les llegue como una tormenta lo que tanto temen, y la desgracia los agarre como un torbellino. Entonces me llamarán, pero yo no responderé. Me buscarán al amanecer, pero no me encontrarán porque odiaron el conocimiento, se negaron a respetar al Señor. No quisieron escuchar mis consejos y no hicieron caso a mis correcciones, así que tendrán que comer del fruto de sus acciones y quedar hartos de sus propias maquinaciones. Los tontos mueren porque se niegan a seguir la sabiduría; los ricos son felices siguiendo su forma insensata de obrar, y eso los destruye. En cambio, el que me obedece vivirá tranquilo, seguro y sin temer ninguna desgracia. (Proverbios 1: 22 -33 PDT) No dejemos que pase más tiempo, decidamos cambiar, propongámonos hacer la voluntad de Dios, salvemos nuestra alma para que el Reino de Dios entre en nuestras vidas.
"Por lo cual, dejando toda inmundicia, y restos de malicia, recibid con mansedumbre la Palabra ingerida en vosotros, la cual puede hacer salvas vuestras almas." (Santiago 1: 21RV2000)
La Palabra de Dios es clara y no hay por dónde perderse. Por tanto no perdamos tiempo tratando de hacer las cosas conforme a nuestro criterio, sino sujetémonos a la voluntad de Dios para hacerla. Hagamos que los sueños de Dios se hagan realidad. Dios quiere soñar sus sueños en nosotros este 2009; quiere abrir los cielos para que Su voluntad sea hecha. Propongamos en nuestro corazón hacer la voluntad de Dios y digamos con David, lo que Él dijo respecto a Cristo: "Me agrada, Dios mío, hacer tu voluntad; tu ley la llevo dentro de mí." En medio de la gran asamblea he dado conocer tu justicia. Tú bien sabes, Señor, que no he sellado mis labios. No escondo tu justicia en mi corazón, sino que proclamo tu fidelidad y tu salvación, tu gran amor y tu verdad." (Salmo 4o: 8-10) ¿Cuánto nos agrada estar haciendo la voluntad de Dios? ¿Nos deleitamos en Su presencia? Hagamos que este 2009 los sueños de Dios sean nuestros sueños y veremos satisfechos los anhelos de nuestro corazón y también los de Dios. Oremos: Señor, quitamos todo sello de nuestros labios y decidimos proclamar Tu justicia con nuestros labios, nos proponemos hacer Tu voluntad y amar Tu Presencia. Decidimos dar a conocer lo que llevamos de Ti en nosotros. Lo que Tú has puesto en nuestro corazón queremos darlo a conocer, que conozcan TU JUSTICIA; no guardaremos en secreto Tu verdad. Y a partir de ahora proclamaremos Tu salvación, Tu fidelidad, Tu amor y verdad con nuestros labios y con nuestras vidas. Decidimos buscar Tu presencia y conocerte cada día más. Nuestro deleite eres Tú, Amado Señor Jesucristo. Que se hagan realidad Tus sueños en nosotros y Tu voluntad sea hecha en nuestras vidas, para que Tu gloria sea vista este 2009.
“Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía; pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le obligase a contaminarse.” (Daniel 1:8) Este año, 2009, tú puedes hacer que los sueños de Dios se vuelvan realidad en tu vida. ¿Acaso depende de la persona? ¿No depende de Dios? Aunque Daniel nunca soñó estar en el palacio de Nabucodonosor, de pronto se vio allí. Ante él estaba una realidad nunca soñada, él vio de cerca las costumbres de los babilonios e hizo algo que cuando cualquier hijo de Dios lo hace, recibe el respaldo del Espíritu Santo. Lo que Daniel veía frente a él, era como una pesadilla, pero él propuso en su corazón no contaminarse. Esta decisión firme hizo que Dios le pusiera en gracia y en buena voluntad con el jefe de los eunucos y la pesadilla se transformó en una hermosa realidad. Daniel y sus compañeros fueron diez veces más sabios que los sabios de Babilonia, solamente porque él propuso hacer algo a favor de la justicia de Dios. Debido a esa osada decisión de Daniel, él pudo vencer a los leones y a fuerzas espirituales poderosas, porque unió cielo y tierra cuando decidió hacer la voluntad de Dios en el reino más pagano de la historia.
En el Padre Nuestro, Cristo nos muestra el secreto de hacer realidad Los sueños de Dios. “Hágase tu voluntad en la tierra, así como se hace en el cielo.” ¿Cuál es a voluntad de Dios? “Escuché entonces a todos los seres en el cielo, en la tierra, debajo de ella y en el mar, que decían: "¡Toda la alabanza, el honor, la gloria y el poder sean para el que está sentado en el trono y para el Cordero por siempre! "Las cuatro criaturas respondían: "¡Así sea!", y los ancianos se arrodillaban y adoraban.” (Apocalipsis 5:13, 14). (Puedes leer también Apocalipsis 4:8-11: 5:8-12). La adoración es lo que se hace en el cielo todo el tiempo, sin cesar, porque nadie puede estar delante de Él y no adorarle. Hemos sido creados para publicar las alabanzas de Dios. (Isaías 43: 21) La alabanza y la adoración unen el cielo y la tierra. Al hacer la voluntad de Dios unimos cielo y tierra, entonces los sueños de Dios entran a ser nuestros sueños. Notemos algo muy importante en el Padre Nuestro. Cristo glorifica al Padre primero y luego pide que Su Reino venga. Hemos visto que el Reino y el Rey son una Persona, Jesucristo. Cuando Cristo viene a nuestro corazón, el hacer la voluntad de Dios debe ser nuestra prioridad, entonces vamos a poder andar en acuerdo con el Rey Jesús. Él dijo que Él y Su Padre eran uno y Su deseo para nosotros es que seamos uno con Él, acomodando nuestros sueños a los de Dios, soñando los sueños de Dios.
“¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?” (Amós 3:3) ¿Podemos andar en acuerdo con Dios si no hacemos Su voluntad? ¿Podemos ser uno con Él haciendo nuestra propia voluntad? ¿Podemos soñar Sus sueños si no amamos Su Presencia? “En total, Enoc vivió trescientos sesenta y cinco años, y como anduvo fielmente con Dios, un día desapareció porque Dios se lo llevó.” (Génesis 5: 21-22) Enoc vivió 365 años en fidelidad a Dios. No es una casualidad el número de años que vivió Enoc. 365 días tiene un año y Dios quiere que cada día del año vivamos haciendo Su voluntad, caminando junto a Él, entonces nos pasará lo que le pasó a Enoc, seremos arrebatados, porque aquí en la tierra hicimos la voluntad de Dios y Su sueño se hará realidad, estaremos siempre con Él.
¿Acaso no basta con recibir a Jesús en el corazón? Veamos qué dice el mismo Jesús. "No todo el que me dice: 'Señor, Señor', entrará en el reino de los cielos, sino sólo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo. Muchos me dirán en aquel día: 'Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios e hicimos muchos milagros?' Entonces les diré claramente: 'Jamás los conocí. ¡Aléjense de mí, hacedores de maldad!' "Por tanto, todo el que me oye estas palabras y las pone en práctica es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca. Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron los vientos y azotaron aquella casa; con todo, la casa no se derrumbó porque estaba cimentada sobre la roca. (La Roca es Cristo) Pero todo el que me oye estas palabras y no las pone en práctica es como un hombre insensato que construyó su casa sobre la arena. Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron los vientos y azotaron aquella casa, y ésta se derrumbó, y grande fue su ruina." (Mateo 7: 21- 28). El hacer la voluntad de Dios nos hace ser reyes y sacerdotes de Dios. El rey tiene autoridad porque se sujeta a la autoridad del Rey de reyes. El sacerdote se conecta íntimamente con Dios, adora; entra al Santísimo todo el tiempo. Busca la Presencia de Dios. No se entretiene haciendo sólo obras. Hace obras y está en perfecta comunión con Dios. Es un adorador.
¿Hasta cuándo, ignorantes, seguirán amando la torpeza? ¿Hasta cuándo los burlones seguirán felices de hacer tonterías? ¿Hasta cuándo los brutos seguirán odiando el saber? Hagan caso a mi corrección, y yo derramaré mi espíritu sobre ustedes; les daré a conocer mis pensamientos. Yo los llamé, pero ustedes no me atendieron; les ofrecí mi mano, pero no me hicieron caso. Ustedes rechazaron mis consejos, se negaron a aceptar mi corrección. Por eso también yo me reiré de ustedes cuando les lleguen las dificultades; disfrutaré viéndolos todos atemorizados, cuando les llegue como una tormenta lo que tanto temen, y la desgracia los agarre como un torbellino. Entonces me llamarán, pero yo no responderé. Me buscarán al amanecer, pero no me encontrarán porque odiaron el conocimiento, se negaron a respetar al Señor. No quisieron escuchar mis consejos y no hicieron caso a mis correcciones, así que tendrán que comer del fruto de sus acciones y quedar hartos de sus propias maquinaciones. Los tontos mueren porque se niegan a seguir la sabiduría; los ricos son felices siguiendo su forma insensata de obrar, y eso los destruye. En cambio, el que me obedece vivirá tranquilo, seguro y sin temer ninguna desgracia. (Proverbios 1: 22 -33 PDT) No dejemos que pase más tiempo, decidamos cambiar, propongámonos hacer la voluntad de Dios, salvemos nuestra alma para que el Reino de Dios entre en nuestras vidas.
"Por lo cual, dejando toda inmundicia, y restos de malicia, recibid con mansedumbre la Palabra ingerida en vosotros, la cual puede hacer salvas vuestras almas." (Santiago 1: 21RV2000)
La Palabra de Dios es clara y no hay por dónde perderse. Por tanto no perdamos tiempo tratando de hacer las cosas conforme a nuestro criterio, sino sujetémonos a la voluntad de Dios para hacerla. Hagamos que los sueños de Dios se hagan realidad. Dios quiere soñar sus sueños en nosotros este 2009; quiere abrir los cielos para que Su voluntad sea hecha. Propongamos en nuestro corazón hacer la voluntad de Dios y digamos con David, lo que Él dijo respecto a Cristo: "Me agrada, Dios mío, hacer tu voluntad; tu ley la llevo dentro de mí." En medio de la gran asamblea he dado conocer tu justicia. Tú bien sabes, Señor, que no he sellado mis labios. No escondo tu justicia en mi corazón, sino que proclamo tu fidelidad y tu salvación, tu gran amor y tu verdad." (Salmo 4o: 8-10) ¿Cuánto nos agrada estar haciendo la voluntad de Dios? ¿Nos deleitamos en Su presencia? Hagamos que este 2009 los sueños de Dios sean nuestros sueños y veremos satisfechos los anhelos de nuestro corazón y también los de Dios. Oremos: Señor, quitamos todo sello de nuestros labios y decidimos proclamar Tu justicia con nuestros labios, nos proponemos hacer Tu voluntad y amar Tu Presencia. Decidimos dar a conocer lo que llevamos de Ti en nosotros. Lo que Tú has puesto en nuestro corazón queremos darlo a conocer, que conozcan TU JUSTICIA; no guardaremos en secreto Tu verdad. Y a partir de ahora proclamaremos Tu salvación, Tu fidelidad, Tu amor y verdad con nuestros labios y con nuestras vidas. Decidimos buscar Tu presencia y conocerte cada día más. Nuestro deleite eres Tú, Amado Señor Jesucristo. Que se hagan realidad Tus sueños en nosotros y Tu voluntad sea hecha en nuestras vidas, para que Tu gloria sea vista este 2009.
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