lunes, 12 de enero de 2009

VIVE UNA VIDA DE ADORACIÓN

VIVE UNA VIDA DE ADORACIÓN

"En cuanto le contaron al rey David que por causa del arca el Señor había bendecido a la familia de Obed Edom y toda su hacienda, David fue a la casa de Obed Edom y, en medio de gran algarabía, trasladó el arca de Dios a la Ciudad de David… Así que entre vítores y al son de cuernos de carnero, David y todo el pueblo de Israel llevaban el arca del Señor." (2ª Samuel 6: 12, 15 NVI)
¿Por qué el rey David y la gente estaban tan felices de llevar el Arca del Señor al lugar que el rey le había preparado? Porque el Arca simbolizaba la presencia de Dios entre ellos y esta presencia traía gran bendición, porque donde Dios está la bendición sobreabunda. El rey, líder del pueblo de Dios, se regocijó sobremanera cuando llevaba el Arca del Señor y juntamente con él, todo el pueblo. Este regocijo les abrió camino para una adoración extrema, porque llevaban la presencia de Dios a su cuidad. El Arca era un objeto donde Dios se manifestaba, Él mandó construirlo con ese fin, siempre y cuando el pueblo Le obedeciera y buscara de corazón Su presencia. “Después me harán un santuario, para que yo habite entre ustedes. El santuario y todo su mobiliario deberán ser una réplica exacta del modelo que yo te mostraré.” (Éxodo 25: 8,9). El deseo de Dios era habitar entre Su pueblo y que éste contemplara Su presencia diariamente y su extraordinario poder. Por eso, cuando David fue nombrado rey de Israel, Él tomó la decisión de tener el Arca del Señor en su ciudad, porque quería la presencia de Dios muy cerca de él.

David era un hombre que amaba la presencia de Dios y se deleitaba en caminar conforme a la voluntad del Señor. “Tras destituir a Saúl, les puso por rey a David, de quien dio este testimonio: 'He encontrado en David, hijo de Isaí, un hombre conforme a mi corazón; él realizará todo lo que yo quiero.'” (Hechos 13: 22 NVI) Si Dios dijo que encontró, es porque estaba buscando a un varón que gobernara según los diseños de Dios. Todavía Dios está buscando a mujeres y hombres que empiecen a gobernar según los diseños del Omnipotente y que Le consulten acerca de todo lo que tengan que hacer. Si buscamos en adoración la presencia de Dios constantemente, vamos a sentir placer en hacer Su voluntad y dejar de hacer lo que nuestro vano criterio nos diga. David no fue un hombre perfecto en todo, cometió pecados, tuvo debilidades, pero ¿qué lo hizo “un varón conforme al corazón de Dios”? El solo hecho de estar apasionado por la presencia de Dios. David capturaba el corazón de Dios cuando Le buscaba, porque reconocía quién era Dios y Le daba toda la gloria a Su Nombre.

"Después de esto volveré, y restauraré el tabernáculo de David que estaba caído; y reedificaré sus ruinas, y le volveré a levantar; Para que el resto de los hombres busque al Señor, y todos los Gentiles sobre los cuales es llamado mi nombre, dice el Señor, que hace todas estas cosas." (Hechos 15: 16, 17 RV1865). Dios quiere restaurar en cada hijo suyo, donde Él ha hecho su habitación, esa pasión de David por Dios. Si este varón se llenó de alegría y algarabía al trasladar el Arca a su ciudad, cuánto más cada uno de los hijos de Dios, debemos llenarnos de mayor gozo porque ahora, Le ha placido a Dios trasladar su morada a nuestro corazón. ¿Acaso no es como para vivir en adoración constante? En el tabernáculo de David la adoración era de 24 horas. "David dejó el arca del pacto del Señor al cuidado de Asaf y sus hermanos, para que sirvieran continuamente delante de ella, de acuerdo con el ritual diario." (1º Crónicas 16.37).

Dios está moviendo a Su Iglesia hacia una adoración intensa, hacia una vida de adoración. La Iglesia de este siglo ha de contemplar el mayor avivamiento jamás visto en su historia, porque la adoración trae la presencia de Dios y donde Él está nada queda igual, hay transformación. Este mover de Dios ya empieza a verse en distintos lugares del mundo y es como géiseres que brotan con fuerza y emanan su calor, pero no se consumirán, ni volverán de donde han salido, sino que se irán extendiendo y uniendo hasta cubrir toda la tierra. “Porque así como las aguas cubren los mares, así también se llenará la tierra del conocimiento de la gloria del Señor.” (Habacuc 2: 14). En medio de los ayes que el profeta estaba diciendo contra los injustos, brota este versículo como un géiser que se levanta para no volver a caer, porque así, de la misma forma, como vemos que la maldad va acrecentándose, así, de pronto, brotará la gloria de Dios y se verá en todo lugar, para que los que no conocen a Dios, vengan a su conocimiento.

"Después, el profeta ora a Dios y dice: “Oh SEÑOR, he oído tu palabra, y temí. Oh SEÑOR, aviva tu obra en medio de los tiempos, En medio de los tiempos hazla conocer; En la ira acuérdate de la misericordia. Dios vendrá de Temán, y el Santo desde el monte de Parán, (Selah.) Su gloria cubrió los cielos, y la tierra se llenó de su alabanza." (Habacuc 3. 2,3 RV2000). Aviva Tu obra Señor en este tiempo, que el mundo conozca Tu poder, que se levanten adoradores por doquier, que Tu gloria sea vista en todos los confines de la tierra y aunque todo parezca desvanecerse a nuestro alrededor, con todo, te vamos a adorar y nos vamos a regocijar en Ti, porque Tú eres nuestra fuerza y nuestra confianza está puesta solamente en Ti. Tú eres nuestro Libertador, nos estableces y nos levantas para que caminemos en las alturas que Tú ya has establecido para nosotros.

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