jueves, 16 de octubre de 2008

ALINEÉMONOS CON EL ESPÍRITU SANTO

ALINEÉMONOS CON EL EPÍRITU SANTO

Pero cuando venga el Espíritu de la verdad, él los guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta sino que dirá sólo lo que oiga y les anunciará las cosas por venir. Él me glorificará porque tomará de lo mío y se lo dará a conocer a ustedes. Todo cuanto tiene el Padre es mío. Por eso les dije que el Espíritu tomará de lo mío y se lo dará a conocer a ustedes. (Juan 16: 13-15 NVI)
Jesucristo cuando estuvo en la tierra hizo sólo la voluntad del Padre, porque Él y el Padre eran y son Uno. A su vez, el Espíritu Santo es Uno con Dios el Padre y con Jesucristo, pero sus funciones son diferentes. Ahora que Jesucristo resucitó y está a la diestra del Padre, ha dejado al Espíritu Santo para que nos revele quién es Él (Jesucristo). Es importante que sepamos que nuestra intimidad debe ser con el Espíritu Santo, porque Él está en intimidad con El Hijo y el Hijo con el Padre. Es el Espíritu Santo a quien El Hijo ha dejado en la tierra para que a través de Él recibamos lo que el Hijo quiere darnos a conocer. Es por medio del Espíritu Santo que llegamos a tener revelación de quién es el Cristo. Si queremos conocer a Cristo, primero debemos tener armonía, intimidad con el Espíritu Santo y esto sólo es posible a través de nuestro espíritu.

El Espíritu Santo va a hablar a nuestro espíritu todo lo que oyere del Padre y del Hijo y nos va a prevenir (advertir) de lo que vendrá. Cuando tenemos comunión con el Espíritu Santo vamos a estar prevenidos de lo va a suceder. Si la Iglesia aprende a tener comunión íntima con la Tercera Persona de la Trinidad, no va a pasar desapercibida de las cosas que el enemigo quiere hacerle y entonces no caerá en la trampa del diablo, sino que pasará sin ser dañada y Satanás quedará burlado. Si tenemos comunión con el Espíritu Santo, ya tenemos la batalla ganada, porque Él nos mostrará lo que el enemigo hace en secreto en nuestra contra y nos dará las estrategias adecuadas para hacerle frente.

Eliseo tenía el Espíritu del Señor y Éste le revelaba todo lo que el ejército enemigo planeaba hacer contra Israel, entonces Eliseo comunicaba al rey de Israel los planes del enemigo y de esta forma el enemigo era descubierto y sus planes frustrados. (2 Reyes 6: 8 -23). El diablo y sus demonios no le temen a nuestra capacidad o conocimiento, pero sí, al poder sin límites del Espíritu de Dios. Así que el ángel me dijo: "Ésta es la palabra del Señor para Zorobabel: " No será por la fuerza ni por ningún poder, sino por mi Espíritu dice el Señor Todopoderoso. (Zacarías 4:6). Cualquier fuerza que se enfrente contra los que tienen intimidad con el Espíritu Santo, no podrá prevalecer.

El Espíritu Santo es el que nos va a guiar a toda verdad, no tendremos duda en cuanto a lo que queremos, pensamos o hacemos si nos dejamos guiar por Él y no vamos a ir de aquí para allá buscando quién nos dé un consejo, porque el Consejero es nuestro mejor amigo y Él nunca nos va a fallar. Si en algún momento no vamos a saber qué decir, nuestro Amigo hablará a través de nosotros con palabras de sabiduría; si vamos a estar tristes, Él nos consolará y nos guiará a la Fuente de Gozo, Jesucristo. Él puede usar cualquier medio para hablarnos, ya sea directamente, en sueños, visiones, o por medio de otras personas; sólo tenemos que esperar en Él y escuchar sólo su voz a través del instrumento que Él use, por eso es importante conocerlo.

El Espíritu Santo glorifica a Jesucristo y nos enseñará la correcta alabanza al Rey de reyes y Señor de señores. Lo que glorifica a Cristo es lo que Él es, es la revelación de quién es Él y el Espíritu Santo toma lo que es de Cristo y nos lo revela para que nosotros conozcamos cada día más a nuestro Amado Señor Jesucristo. La gloria es Jesucristo. Cuando el Espíritu Santo nos da algo de Cristo, empezamos a glorificarlo porque lo reconocemos y lo ensalzamos como el único digno de alabanza. Cuanto más conocemos de Jesucristo más gloria le tributamos, entonces nos damos cuenta que vamos poco a poco dejando de ser nosotros, para que sea Cristo en nosotros; sólo importa Él y todo gira en torno a Él, porque Jesucristo es la totalidad de Dios.

Si verdaderamente el Espíritu Santo gobierna nuestras vidas, y si nuestro espíritu está sujeto a El y nuestra alma sujeta a nuestro espíritu, y nuestro cuerpo a nuestra alma, de tal manera que permanezcamos en alineación perfecta como estuvo Jesús en la tierra, entonces el reino de Dios, su gobierno, su unción, su gloria, su poder y su presencia brotarán de nosotros y tomaremos autoridad sobre todo lo que venga en nuestra contra, en ese momento ya no estaremos bajo el yugo del enemigo, sino que éste se doblegará bajo nuestros pies.

Hablemos más seguido con el Espíritu Santo, no hagamos nada sin Su consentimiento, busquemos Su consejo y pidámosle que se nos revele y que nos revele quién es Cristo, porque teniendo esta revelación tendremos al Ungido y a Su unción, alcanzaremos a Cristo en toda Su plenitud, recibiremos Su poder y Su gracia, entonces vamos a poder cumplir sus propósitos y extenderemos Su Reino.

1 comentario:

Martín Javier dijo...

Felicidades María Elena, muy bueno y bonito tu blog.